lunes, 1 de diciembre de 2008

Evangelio 1 de diciembre

Adviento

1ª Lectura

Is 2,1-5

1 Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y Jerusalén. 2 Sucederá en los días venideros que el monte de la casa del Señor será afincado en la cima de los montes y se alzará por encima de los collados. Afluirán a él todas las gentes, 3 vendrán muchos pueblos y dirán: Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y caminemos por sus sendas. Pues de Sión saldrá la ley y de Jerusalén la palabra del Señor. 4 Él gobernará las naciones y dictará sus leyes a pueblos numerosos, que trocarán sus espadas en arados y sus lanzas en hoces. No alzará ya la espada pueblo contra pueblo ni se entrenarán ya para la guerra. 5 Casa de Jacob, venid; caminemos a la luz del Señor.

Salmo Responsorial

Sal 122,1-2

1 Canción de las subidas. De David ¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! 2 Ya estamos en tus puertas, oh Jerusalén:

Sal 122,3-4

3 Jerusalén, la bien edificada, la ciudad bien unida. 4 Allí suben las tribus, las tribus del Señor, según la norma de Israel, para alabar el nombre del Señor.

Sal 122,4-5

4 Allí suben las tribus, las tribus del Señor, según la norma de Israel, para alabar el nombre del Señor. 5 Allí están los tribunales de justicia, los tribunales de la casa de David.

Sal 122,6-7

6 Pedid la paz para Jerusalén: «Que vivan tranquilos tus amigos, 7 que reine la paz dentro de tus muros y la tranquilidad en tus palacios».

Sal 122,8-9

8 Por mis hermanos y compañeros, diré: «La paz esté contigo». 9 Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo la felicidad.

Evangelio

Mt 8,5-11

5 Al entrar Jesús en Cafarnaún, se le acercó un oficial suplicándole: 6 «Señor, mi criado está paralítico en casa con unos dolores terribles». 7 Jesús le dijo: «Yo iré a curarlo». 8 El oficial respondió: «Señor, no soy digno de que entres en mi casa; dilo sólo de palabra, y mi criado quedará curado. 9 Porque yo, que soy un hombre sujeto al mando, tengo bajo mis órdenes soldados, y digo a éste: "Vete", y va; y a otro: "Ven", y viene; y a mi criado:

"Haz esto", y lo hace». 10 Jesús, al oírlo, quedó admirado y dijo a los que lo seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado a nadie con una fe como ésta. 11 Muchos del oriente y del occidente vendrán y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de Dios,

No hay comentarios: