jueves, 4 de diciembre de 2008

Evangelio jueves 4 de Diciembre

Adviento

1ª Lectura

Is 26,1-6

1 Aquel día se cantará este cántico en la tierra de Judá: Tenemos una ciudad fortificada; él ha puesto para protegernos murallas y defensas.

2 ¡Abrid las puertas, para que entre el pueblo justo, que ha guardado la lealtad! 3 Su ánimo es firme y mantiene la paz, porque confía en ti. 4 Confiad en el Señor incesantemente, porque el Señor es la roca eterna. 5 Sí, él ha humillado a los que habitaban en lo alto; ha abatido la ciudadela escarpada, la ha abatido a tierra, la ha derribado en el polvo: 6 la pisotean los pies de los humildes, los pasos de los pobres.

Salmo Responsorial

Sal 118,1

1 ¡Aleluya! Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor.

Sal 118,8-9

8 Mejor es refugiarse en el Señor que fiarse del hombre; 9 mejor es refugiarse en el Señor que fiarse del jefe.

Sal 118,19

19 Abridme las puertas de la justicia, que voy a entrar a dar gracias al Señor.

Sal 118,25-27

25 Danos la victoria, dánosla, Señor; danos el triunfo, dánoslo, Señor.

26 Bendito el que viene en nombre del Señor. Os bendecimos desde la casa del Señor. 27 El Señor es Dios, él nos ilumina; ordenad la procesión con ramos en las manos hasta los ángulos del altar.

Evangelio

Mt 7,21

21 «No todo el que me dice: ¡Señor! ¡Señor!, entrará en el reino de Dios, sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial.

Mt 7,24-27

24 El que escucha mis palabras y las pone en práctica se parece a un hombre sensato que ha construido su casa sobre roca. 25 Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se echaron sobre ella; pero la casa no se cayó, porque estaba cimentada sobre la roca. 26 Y todo el que escucha mis palabras y no las pone en práctica se parece a un hombre insensato que ha construido su casa sobre arena. 27 Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se precipitaron sobre ella, y la casa se cayó y se arruinó totalmente».

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