martes, 20 de enero de 2009

Evangelio 20 de Enero de 2009

Tiempo Ordinario: (1ª Parte)

1ª Lectura
Heb 6,10-20
10 Porque Dios no es injusto como para olvidar vuestras buenas obras y el amor que habéis demostrado hacia su nombre en el servicio que habéis prestado y seguís prestando a los creyentes. 11 Deseamos solamente que cada uno de vosotros demuestre el mismo empeño por guardar intacta hasta el fin vuestra esperanza, 12 que no os descuidéis y que sigáis el ejemplo de aquellos que por la fe y la perseverancia entran en posesión de las promesas. 13 Dios, al hacer la promesa a Abrahán, no teniendo otra persona mayor por quien jurar, juró por sí mismo, 14 diciendo: Sí, te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu descendencia. 15 Y así, por la perseverancia, Abrahán alcanzó la realización de la promesa. 16 Los hombres, en efecto, juran por lo que es más grande que ellos, y el juramento es la garantía que pone fin a sus controversias.
17 Por eso Dios, queriendo dar a los herederos de la promesa una prueba nueva de que su decisión era irrevocable, se comprometió con juramento, 18 para que por estas dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos mayor ánimo los que nos refugiamos en la adhesión firme de la esperanza a la que estamos destinados; 19 esta esperanza es para nosotros como un áncora segura y firme, que penetra más allá de la cortina del santuario, 20 donde, como precursor nuestro, entró Jesús, convertido en sumo sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.

Salmo Responsorial

Sal 111,1-2
1 ¡Aleluya! Doy gracias al Señor de todo corazón en la reunión de los hombres justos y en la asamblea general. 2 Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman.

Sal 111,4-5

4 Él ha hecho memorables sus milagros, el Señor es misericordioso y lleno de ternura. 5 Él da de comer a sus leales y recuerda siempre su alianza.

Sal 111,9

9 Envió a su pueblo la liberación y estableció para siempre la alianza: santo es su nombre y venerable.

Sal 111,10
10 El temor del Señor es el principio de la sabiduría, los que la practican son gente lista:su alabanza permanece eternamente.

Evangelio
Mc 2,23-28
23 Un sábado iba Jesús por los sembrados, y sus discípulos comenzaron a cortar espigas al pasar. 24 Los fariseos le dijeron: «¡Mira!, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?». 25 Él les respondió: «¿No habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad y sintió hambre él y los suyos? 26 ¿Cómo entró en la casa de Dios, siendo sumo sacerdote Abiatar, y comió los panes de la proposición, que sólo pueden comer los sacerdotes, y dio también a los que iban con él?». 27 Y añadió: «El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el
hombre para el sábado. 28 Así que el hijo del hombre es Señor también del sábado».

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