viernes, 23 de enero de 2009

Evangelio 24 de Enero 2009

Tiempo Ordinario: (1ª Parte)

1ª Lectura
Heb 9,2-3
2 En efecto, se construyó un tabernáculo, en cuya parte anterior se encontraban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición; es lo que se llama el lugar santo. 3 Después, detrás de la segunda cortina estaba el lugar santísimo,

Heb 9,11-14
11 Cristo, por el contrario, se presentó como sumo sacerdote de los bienes venideros, a través de un tabernáculo más santo y más perfecto, no hecho por mano de hombre, es decir, no de esta creación, 12 y entró de una vez para siempre en el santuario, no con sangre de machos cabríos y de becerros, sino con su propia sangre, adquiriéndonos una liberación eterna. 13 Pues si la sangre de los machos cabríos y de los becerros y la ceniza de la vaca, con las que se asperja a aquellos que están manchados, los santifica procurándoles la pureza del cuerpo, 14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, que por virtud del Espíritu eterno se ofreció a sí mismo a Dios como víctima inmaculada, purificará nuestra conciencia de sus obras muertas, para servir al Dios vivo?

Salmo Responsorial
Sal 47,2-3
2 Pueblos todos, batid palmas, aclamad al Señor con gritos de alegría, 3 porque el Señor, el altísimo, es terrible, un gran rey sobre toda la tierra.

Sal 47,6-7
6 Dios sube entre aclamaciones, el Señor, al son de trompetas. 7 Cantad a Dios, cantad; cantad a nuestro rey, cantad;

Sal 47,8-9
8 porque el rey de toda la tierra es Dios, cantadle un buen cántico. 9 Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su trono sacrosanto.

Evangelio
Mc 3,20-21
20 Cuando volvieron a casa, se reunió de nuevo tanta gente que no podían comer. 21 Los suyos, al enterarse, salieron para llevárselo con ellos, pues decían que estaba loco.

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