domingo, 9 de enero de 2011

Evangelio 10 de Enero de 2011

  • Primera Lectura: Hebreos 1, 1-6
    "Dios nos ha hablado por su Hijo"

    En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros antepasados por medio de los profetas. Ahora, en este momento final, nos ha hablado por medio del Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por quien hizo también el universo.
    El es reflejo de su gloria, imagen perfecta de su ser. El sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de Dios en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más excelente es el título que ha heredado.
    En efecto, ¿a qué ángel dijo Dios alguna vez:
    «Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy?»
    Y también:
    «¿Yo seré para él un padre y él será
    para mí un hijo?»
    Y en otro pasaje, al introducir en el mundo a su Hijo primogénito, dice:
    «Adórenlo todos los ángeles de Dios».

  • Salmo Responsorial: 96
    "Angeles del Señor, adórenlo."

    Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo entero. El trono del Señor está asentado sobre la justicia y el derecho.
    R. Angeles del Señor, adórenlo.

    Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos. Que caigan ante Dios todos los dioses.
    R. Angeles del Señor, adórenlo.

    Tú, Señor altísimo, estás muy por encima de la tierra y mucho más en alto que los dioses.
    R. Angeles del Señor, adórenlo.

  • Evangelio: Marcos 1,14-20
    "Arrepiéntanse y crean en el Evangelio"

    Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía:
    «Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Arrepiéntanse y crean en el Evangelio».
    Caminaba Jesús por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano, Andrés, echando las redes en el lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres».
    Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
    Un poco más adelante, vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca, remendando sus redes. Los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre con los trabajadores, se fueron con Jesús.

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