jueves, 31 de marzo de 2011

Evangelio 31 de Marzo de 2011

  • Primera Lectura: Jeremías 7, 23-28
    "Este es el pueblo que no escuchó la voz del Señor, su Dios"

    Esto dice el Señor:
    «Esta fue la orden que di a mi pueblo: Si obedecen mi voz, yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo; sigan fielmente el camino que yo les he mandado para que sean felices.
    Pero ellos no escucharon ni hicieron caso; siguieron las inclinaciones de su corazón endurecido; me dieron la espalda y no la cara.
    Desde el día en que sus antepasados salieron de Egipto hasta hoy les envié a mis siervos, los profetas. Pero no me obedecieron ni me hicieron caso, sino que endurecieron su corazón y fueron peores que sus antepasados. Cuando les comuniques todo esto, no te escucharán; cuando los llames, no te responderán. Entonces les dirás: Esta es la nación que no escucha la voz del Señor su Dios y no aprende la lección. La verdad ha desaparecido de su boca».

  • Salmo Responsorial: 94
    "Señor, que no seamos sordos a tu voz."

    Vengan, cantemos alegres al Señor, aclamemos a la Roca que nos salva. Entremos en su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.
    R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.

    Entremos, postrémonos para adorarlo, arrodillémonos ante el Señor, que nos ha hecho. Porque él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, ovejas que él apacienta. ¡Ojalá escuchen hoy su voz!
    R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.

    «No endurezcan su corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto: cuando me tentaron sus antepasados y me pusieron a prueba, a pesar de haber visto mis obras».
    R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.

  • Evangelio: Lucas 11, 14-23
    "El que no está conmigo, está contra mí"

    En aquel tiempo, Jesús estaba expulsando un demonio que era mudo. Cuando salió el demonio, habló el mudo y la gente quedó maravillada. Pero algunos dijeron:
    «Expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios».
    Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa. Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo:
    «Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo expulso los demonios con el poder de Satanás. Ahora bien, si yo expulso los demonios con el poder de Satanás, sus hijos, ¿con qué poder los expulsan? Por eso ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo expulso los demonios con el poder de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a ustedes.
    Cuando un hombre fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están seguros. Pero si viene otro más fuerte que él y lo vence, le quita las armas en que confiaba y reparte el botín.
    El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama».

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