- Primera Lectura: Romanos 7, 18-25"¿Quién me librará de este cuerpo, esclavo de la muerte?"Hermanos: Bien sé yo que nada bueno hay en mí, es decir, en mi naturaleza humana deteriorada por el pecado. En efecto, yo puedo querer hacer el bien, pero no puedo realizarlo, puesto que no hago el bien que quiero sino el mal que no quiero; y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado, que habita en mí.Descubro, pues, en mí esta realidad: cuando quiero hacer el bien, me encuentro con el mal. Y aunque en lo más íntimo de mi ser me agrada la ley de Dios, percibo en mi cuerpo una tendencia contraria a mi razón que me esclaviza a la ley del pecado, que está en mi cuerpo.¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo, esclavo de la muerte? ¡La gracia de Dios, por medio de Jesucristo, nuestro Señor!
- Salmo Responsorial: 118"Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos."
Enséñame Señor, a gustar y a comprender tus preceptos, pues yo me fío de ellos. Tú, que eres bueno y haces beneficios, instrúyeme en tus leyes.R. Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.Señor, que tu amor me consuele conforme a las promesas que me has hecho. Muéstrame tu ternura y viviré, porque en tu ley he puesto mi contento.R. Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.Jamás olvidaré tus mandamientos pues con ellos me diste vida. Soy tuyo, sálvame, pues voy buscando tus leyes.R. Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos. - Evangelio: Lucas 12, 54-59"Si saben interpretar el aspecto que tienen el cielo y la tierra, ¿por qué no interpretan entonces los signos del tiempo presente?"En aquel tiempo dijo Jesús a la multitud:«Cuando ustedes ven que una nube se va levantando por el poniente, enseguida dicen que va a llover y, en efecto, llueve.Cuando el viento sopla del sur, dicen que hará calor, y así sucede. ¡Hipócritas! Si saben interpretar el aspecto que tienen el cielo y la tierra, ¿por qué no interpretan entonces los signos del tiempo presente? ¿Por qué, pues, no juzgan por ustedes mismos lo que les conviene hacer ahora?Cuando vayas con tu adversario a presentarte ante la autoridad, haz todo lo posible por llegar a un acuerdo con él en el camino, para que no te lleve ante el juez, el juez te entregue a la policía, y la policía te meta en la cárcel. Yo te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo».
Calle L- 6, Jardines de Cuscatlan, Ciudad Merliot, Antiguo Cuscatlan, El Salvador, CentroAmerica
viernes, 21 de octubre de 2011
Evangelio 21 de Octubre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario