miércoles, 18 de enero de 2012

Evangelio 18 de Enero de 2011


  • Primera Lectura: I Samuel 17, 32-33.37.40-51
    "David venció a Goliat con una honda y una piedra"
    En aquellos días dijo David a Saúl: 
    «Que nadie se desanime a causa de ese filisteo. Tu siervo irá a pelear con él». 
    Saúl le replicó: 
    «Tú no puedes ir a pelear con ese filisteo, porque eres un muchacho, mientras que él es un guerrero desde su juventud». 
    David le contestó: 
    «El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las zarpas del oso, me librará de las manos de ese filisteo». 
    Saúl le dijo: 
    «Vete, y que el Señor te ayude».
    Tomó David su bastón, escogió en el arroyo cinco piedras pulidas, las puso en su morral y avanzó hacia el filisteo con la honda en la mano. El filisteo se iba acercando poco a poco a David y su escudero iba delante. A ver a David, se burló de él, porque era joven, rubio y de buena presencia. El filisteo dijo a David: 
    «¿Soy acaso un perro, para que vengas contra mí con un bastón?»
    Y maldijo a David invocando a sus dioses. Después lo desafió: «Acércate, que yo daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo».
    David le replicó: 
    «Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina; pero yo voy contra ti en nombre del Señor todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado. Hoy mismo te entregará el Señor en mis manos, te mataré y te cortaré la cabeza. Y hoy mismo daré tu cadáver y los cadáveres de los filisteos como alimento a las aves del cielo y a las fieras del campo. Toda la tierra sabrá que Israel tiene un Dios; y toda esa multitud aprenderá que el Señor no salva con lanza ni con espada; porque él es Señor de la guerra y los entregará en nuestras manos». 
    Cuando el filisteo comenzó a avanzar contra David, éste corrió a su encuentro, metió la mano en el morral y tomó una piedra, la tiró con la honda e hirió al filisteo en la frente. La piedra se le clavó en la frente y cayó de boca por tierra. Así, con la honda y la piedra, venció David al filisteo. Lo mató de un golpe, sin empuñar la espada. Corrió David hasta donde estaba el filisteo, le sacó la espada de la vaina, lo remató y le cortó la cabeza. Los filisteos, al ver muerto a su héroe, huyeron.
  • Salmo Responsorial: 143
    "Bendito sea el Señor, mi Roca."
    Bendito sea el Señor, mi Roca, que prepara mis manos para la batalla, mis dedos para el combate.
    Bendito sea el Señor, mi Roca.

    Mi aliado fiel y mi defensa, mi fortaleza y mi salvador, el que me protege y pone bajo mi dominio a los pueblos.
    Bendito sea el Señor, mi Roca.

    Te cantaré, Dios mío, un canto nuevo, para ti tocaré el arpa de diez cuerdas. Tú que das la victoria a los reyes, tú que salvas a tu siervo David, líbrame de la espada cruel.
    Bendito sea el Señor, mi Roca.
  • Evangelio: Marcos 3, 1-6
    "¿Se le puede salvar la vida a un hombre en sábado o hay que dejarlo morir?"
    En aquel tiempo entró Jesús de nuevo en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano tullida. Lo estaban espiando para ver si lo curaba en sábado y acusarlo. Jesús le dijo al tullido: 
    «Levántate y ponte ahí en medio». 
    Y a ellos les preguntó: 
    «¿Qué está permitido en sábado; hacer el bien o hacer el mal; salvar una vida o destruirla?»
    Ellos se quedaron callados. 
    Mirándolos con ira y entristecido por la dureza de su corazón, dijo al hombre: 
    «Extiende la mano». 
    El la extendió y su mano quedó sana. 
    En cuanto salieron, los fariseos se pusieron de acuerdo con los herodianos para planear el modo de acabar con él.

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