lunes, 1 de diciembre de 2025

Lecturas 1 de Diciembre de 2025

 

  • Primera Lectura

    Isaías 4:2-6

    2
    Aquel día,
    habrá un brote del Señor de hermosura y de gloria, y los frutos de la tierra serán honor y orgullo para los supervivientes de Israel.
    3Y sucederá que quien quede en Sión y permanezca en Jerusalén —todo inscrito entre los vivos en Jerusalén— será llamado santo
    4cuando el Señor haya lavado la inmundicia de las hijas de Sión, y haya limpiado la sangre de en medio de Jerusalén con espíritu de justicia y espíritu abrasador.
    5Y creará el Señor sobre todo lugar del monte Sión y sobre toda su asamblea una nube para el día, y humo y resplandor de fuego llameante para la noche. Habrá un toldo sobre toda la gloria,
    6y una tienda proporcionará sombra durante el día contra el calor, y abrigo y cobijo contra la tormenta y la lluvia.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 122:1-9

    1
    Canto de las subidas. De David.
    Qué alegría cuando me dijeron: «¡Vamos a la Casa del Señor!
    2
    Ya se han parado nuestros pies
    a tus puertas, Jerusalén».
    3
    Jerusalén, bien cimentada,
    ciudad sólida y unida.
    4
    Allí suben las tribus,
    las tribus del Señor. Es un precepto de Israel, para alabar el Nombre del Señor.
    5
    Pues allí está la sede de justicia,
    la sede de la casa de David.
    6
    Pedid la paz para Jerusalén;
    estén seguros los que te aman.
    7
    Haya paz dentro de tus muros,
    seguridad en tus casas.
    8
    Por mis hermanos y mis amigos
    diré: «¡Haya paz dentro de ti!».
    9
    Por la Casa del Señor, nuestro Dios,
    buscaré tu bien. 

  • Evangelio

    Mateo 8:5-11

    5Al entrar en Cafarnaún se le acercó un centurión que le rogó:
    6—Señor, mi criado yace paralítico en casa con dolores muy fuertes.
    7
    Jesús le dijo:
    —Yo iré y le curaré.
    8
    Pero el centurión le respondió:
    —Señor, no soy digno de que entres en mi casa. Pero basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano.
    9Pues también yo soy un hombre que se encuentra bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes. Le digo a uno: «Vete», y va; y a otro: «Ven», y viene; y a mi siervo: «Haz esto», y lo hace.
    10
    Al oírlo Jesús se admiró y les dijo a los que le seguían:
    —En verdad os digo que en nadie de Israel he encontrado una fe tan grande.
    11Y os digo que muchos de oriente y occidente vendrán y se sentarán a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos,

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