Adviento
1ª Lectura
Jue 13,2-7
2 Había un hombre en Sorá, de la tribu de Dan, llamado Manóaj, cuya mujer era estéril. No había tenido ningún hijo. 3 El ángel del Señor se apareció a esta mujer y le dijo: «Tú eres estéril y no has tenido ningún hijo; 4 pero ahora ten cuidado; no bebas vino ni otras bebidas alcohólicas, ni comas nada impuro, 5 porque vas a concebir y darás a luz un hijo. No se le cortará el cabello,
porque el niño estará consagrado al Señor desde el vientre de su madre. Él comenzará a salvar a Israel de la mano de los filisteos». 6 La mujer fue a contárselo a su marido: «Me ha venido a ver un hombre de Dios; tenía el aspecto de un ángel de Dios, lleno de majestad. No le pregunté de
dónde era ni él me dijo su nombre. 7 Pero me dijo: Vas a concebir y darás a luz un hijo. No bebas vino ni otras bebidas alcohólicas, ni comas nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios desde el vientre de su madre hasta el día de su muerte».
SEGUNDA APARICIÓN DEL ÁNGEL
Jue 13,24-25
24 La mujer dio a luz un hijo y le puso por nombre Sansón. El niño crecía y el Señor le bendecía. 25 Y el espíritu del Señor comenzó a actuar en él en el campo de Dan, entre Sorá y Estaol.
Salmo Responsorial
Sal 71,3-4a
3 sé tú mi roca de refugio, la fortaleza de mi salvación; sí, tú eres mi roca y mi fortaleza. 4 Dios mío, líbrame de la mano del malvado, de las garras del criminal y del violento;
Sal 71,5-6
5 pues tú eres mi esperanza, Señor, mi confianza desde mi juventud, oh Dios. 6 Desde el seno materno me he apoyado en ti, tú eres mi protector desde el vientre de mi madre; en ti he esperado siempre.
Sal 71,16-17
16 Proclamaré las proezas del Señor, anunciaré que sólo tú eres justo. 17 Oh Dios, desde mi juventud me has instruido, he anunciado hasta aquí tus maravillas;
Evangelio
Lc 1,5-25
5 En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote de nombre Zacarías, del grupo de Abías, cuya mujer era descendiente de Aarón y se llamaba Isabel. 6 Ambos eran justos ante Dios, pues guardaban irreprochablemente todos los mandamientos y preceptos del Señor. 7 No tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos de avanzada edad. 8 Estando él de servicio ante Dios en el turno de su grupo, le tocó en suerte, 9 conforme al uso litúrgico, entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso. 10 Todo el pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso.
11 Y se le apareció a Zacarías un ángel del Señor, en pie, a la derecha del altar del incienso. 12 Zacarías se asustó al verlo, y se llenó de miedo. 13 El ángel le dijo: «No tengas miedo, Zacarías, pues tu petición ha sido escuchada, y tu mujer Isabel te dará un hijo, al que pondrás por nombre Juan. 14 Será para ti causa de gozo y alegría; y muchos se alegrarán de su nacimiento, 15
porque será grande ante el Señor; no beberá vino ni licores y estará lleno de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre. 16 Convertirá a muchos israelitas al Señor, su Dios. 17 Irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con los hijos y enseñar a los rebeldes la sabiduría de los justos, a fin de preparar al Señor un pueblo bien dispuesto».
18 Zacarías dijo al ángel: «¿Cómo sabré que es así? Pues yo soy viejo, y mi mujer de avanzada edad». 19 El ángel le contestó: «Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios, y he sido enviado a hablarte y darte esta buena noticia. 20 Te quedarás mudo y no podrás hablar hasta que suceda todo esto por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su tiempo». 21 La gente estaba esperando a Zacarías y se extrañaba de que permaneciese tanto en el santuario. 22 Cuando salió, no podía hablarles, por lo que comprendieron que había tenido alguna visión en el santuario. Él les hacía señas y permaneció mudo. 23 Al cumplir el tiempo de su ministerio, se fue a su casa. 24 Unos días después, Isabel, su mujer, quedó encinta; estuvo cinco meses sin salir de casa; y se decía: 25 «El Señor ha hecho esto conmigo y me ha librado de la vergüenza ante la gente».
* * *
1ª Lectura
Jue 13,2-7
2 Había un hombre en Sorá, de la tribu de Dan, llamado Manóaj, cuya mujer era estéril. No había tenido ningún hijo. 3 El ángel del Señor se apareció a esta mujer y le dijo: «Tú eres estéril y no has tenido ningún hijo; 4 pero ahora ten cuidado; no bebas vino ni otras bebidas alcohólicas, ni comas nada impuro, 5 porque vas a concebir y darás a luz un hijo. No se le cortará el cabello,
porque el niño estará consagrado al Señor desde el vientre de su madre. Él comenzará a salvar a Israel de la mano de los filisteos». 6 La mujer fue a contárselo a su marido: «Me ha venido a ver un hombre de Dios; tenía el aspecto de un ángel de Dios, lleno de majestad. No le pregunté de
dónde era ni él me dijo su nombre. 7 Pero me dijo: Vas a concebir y darás a luz un hijo. No bebas vino ni otras bebidas alcohólicas, ni comas nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios desde el vientre de su madre hasta el día de su muerte».
SEGUNDA APARICIÓN DEL ÁNGEL
Jue 13,24-25
24 La mujer dio a luz un hijo y le puso por nombre Sansón. El niño crecía y el Señor le bendecía. 25 Y el espíritu del Señor comenzó a actuar en él en el campo de Dan, entre Sorá y Estaol.
Salmo Responsorial
Sal 71,3-4a
3 sé tú mi roca de refugio, la fortaleza de mi salvación; sí, tú eres mi roca y mi fortaleza. 4 Dios mío, líbrame de la mano del malvado, de las garras del criminal y del violento;
Sal 71,5-6
5 pues tú eres mi esperanza, Señor, mi confianza desde mi juventud, oh Dios. 6 Desde el seno materno me he apoyado en ti, tú eres mi protector desde el vientre de mi madre; en ti he esperado siempre.
Sal 71,16-17
16 Proclamaré las proezas del Señor, anunciaré que sólo tú eres justo. 17 Oh Dios, desde mi juventud me has instruido, he anunciado hasta aquí tus maravillas;
Evangelio
Lc 1,5-25
5 En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote de nombre Zacarías, del grupo de Abías, cuya mujer era descendiente de Aarón y se llamaba Isabel. 6 Ambos eran justos ante Dios, pues guardaban irreprochablemente todos los mandamientos y preceptos del Señor. 7 No tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos de avanzada edad. 8 Estando él de servicio ante Dios en el turno de su grupo, le tocó en suerte, 9 conforme al uso litúrgico, entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso. 10 Todo el pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso.
11 Y se le apareció a Zacarías un ángel del Señor, en pie, a la derecha del altar del incienso. 12 Zacarías se asustó al verlo, y se llenó de miedo. 13 El ángel le dijo: «No tengas miedo, Zacarías, pues tu petición ha sido escuchada, y tu mujer Isabel te dará un hijo, al que pondrás por nombre Juan. 14 Será para ti causa de gozo y alegría; y muchos se alegrarán de su nacimiento, 15
porque será grande ante el Señor; no beberá vino ni licores y estará lleno de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre. 16 Convertirá a muchos israelitas al Señor, su Dios. 17 Irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con los hijos y enseñar a los rebeldes la sabiduría de los justos, a fin de preparar al Señor un pueblo bien dispuesto».
18 Zacarías dijo al ángel: «¿Cómo sabré que es así? Pues yo soy viejo, y mi mujer de avanzada edad». 19 El ángel le contestó: «Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios, y he sido enviado a hablarte y darte esta buena noticia. 20 Te quedarás mudo y no podrás hablar hasta que suceda todo esto por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su tiempo». 21 La gente estaba esperando a Zacarías y se extrañaba de que permaneciese tanto en el santuario. 22 Cuando salió, no podía hablarles, por lo que comprendieron que había tenido alguna visión en el santuario. Él les hacía señas y permaneció mudo. 23 Al cumplir el tiempo de su ministerio, se fue a su casa. 24 Unos días después, Isabel, su mujer, quedó encinta; estuvo cinco meses sin salir de casa; y se decía: 25 «El Señor ha hecho esto conmigo y me ha librado de la vergüenza ante la gente».
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