sábado, 20 de diciembre de 2008

Evangelio domingo 21 de Diciembre

Adviento

1ª Lectura

2Sam 7,1-5

1 Cuando David se estableció en su palacio y el Señor le dio descanso librándolo de todos sus enemigos de alrededor, 2 dijo al profeta Natán: «Mira, yo estoy viviendo en una casa de cedro, mientras que el arca del Señor está bajo una tienda». 3 Y Natán dijo al rey: «Haz lo que piensas, porque el Señor está contigo».

DIOS PROMETE A DAVID LA PERMANENCIA ETERNA DE SU REINO

4 Pero aquella misma noche el Señor dijo a Natán: 5 «Vete y di a mi siervo David: No serás tú el que me construyas una casa para que habite en ella.

2Sam 7,8-12

8 Di a mi siervo David: Esto dice el Señor todopoderoso: Yo te saqué del aprisco, de detrás de las ovejas, para que fueras el jefe de mi pueblo, Israel. 9 He estado contigo en todas tus empresas, he exterminado delante de ti a

todos tus enemigos; haré que tu nombre sea como el de los grandes de la tierra. 10 Asignaré un territorio a mi pueblo Israel y en él lo plantaré para que habite en él y no vuelva a ser perturbado, ni los malvados continúen oprimiéndolo como antes, 11 en el tiempo en que yo constituí a los jueces sobre mi pueblo Israel; yo le daré paz librándolo de todos sus enemigos. Te hago saber, además, que te daré una dinastía; 12 pues cuando llegues al término de tus días y descanses con tus padres, haré surgir un descendiente tuyo, que saldrá de tus entrañas, y lo confirmaré en el reino.

2Sam 7,14

14 Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Si hace mal, yo lo castigaré con varas de hombre y con castigos corrientes entre los hombres.

2Sam 7,16

16 Tu casa y tu reino subsistirán por siempre ante mí, y tu trono se afirmará para siempre».

Salmo Responsorial

Sal 89,2-3

2 Cantaré eternamente la misericordia del Señor, publicaré tu lealtad por todas las edades, 3 porque tú has dicho: «Mi piedad es eterna, mi lealtad está cimentada en el mismo cielo».

Sal 89,4-5

4 He hecho un pacto con mi elegido y he jurado a mi siervo David: 5 «Afirmaré tu dinastía para siempre, asentaré tu trono por los siglos de los siglos».

Sal 89,27

27 Él me llamará: «Padre mío, Dios mío, mi roca

salvadora»;

Sal 89,29

29 Yo le seré leal eternamente, firme será con él mi pacto;

2ª Lectura

Rom 16,25-27

25 Al que puede fortaleceros en el evangelio que yo anuncio, en la proclamación de Jesucristo y en la revelación del misterio mantenido en secreto desde tiempo eterno, 26 pero manifestado ahora por los escritos proféticos, dado a conocer a todas las naciones por orden del Dios eterno para que abracen la fe, 27 a Dios, el único sabio, por medio de Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Evangelio

Lc 1,26-38

26 A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27 a una joven virgen, prometida de un hombre descendiente de David, llamado José. La virgen se llamaba María. 28 Entró

donde ella estaba, y le dijo: «Alégrate, llena de gracia; el Señor está contigo». 29 Ante estas palabras, María se turbó y se preguntaba qué significaría tal saludo. 30 El ángel le dijo: «No tengas miedo, María, porque has encontrado gracia ante Dios. 31 Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús. 32 Será grande y se le llamará Hijo del altísimo; el Señor le dará el trono de David, su padre; 33 reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin». 34 María dijo al ángel: «¿Cómo será esto, pues no tengo relaciones?». 35 El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del altísimo te cubrirá

con su sombra; por eso el niño que nazca será santo y se le llamará Hijo de Dios. 36 Mira, tu parienta Isabel ha concebido también un hijo en su ancianidad, y la que se llamaba estéril está ya de seis meses, 37 porque no hay nada imposible para Dios». 38 María dijo: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel la dejó.

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