viernes, 9 de enero de 2009

Evangelio 10 de Enero 2009

Navidad

1ª Lectura
1Jn 4,19-21
19 Nosotros amamos porque él nos amó primero. 20 Si alguno dice que ama a Dios y odia a su hermano, es un mentiroso. El que no ama a su hermano, al que ve, no puede amar a Dios, al que no ve. 21 Éste es el mandamiento que hemos recibido de él: que el que ame a Dios, ame también a su hermano.
1Jn 5,1-4
1 El que cree que Jesús es el mesías, ha nacido de Dios; el que ama al que da el ser, ama también al que ha nacido de Dios. 2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: en que amamos a Dios y guardamos sus mandamientos. 3 Porque el amor de Dios consiste en guardar sus mandamientos, y sus mandamientos no son pecados. 4 Porque todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.

Salmo Responsorial
Sal 72,2
2 que gobierne a tu pueblo con justicia y juzgue a tus oprimidos según derecho.

Sal 72,14
14 él los defenderá contra la explotación y la violencia, su sangre tendrá un gran precio ante sus ojos.

Sal 72,15
15 ¡Viva el rey! Le traerán oro de Arabia, se rezará por él constantemente, se le estará bendiciendo todo el día.

Sal 72,17
17 Que eternice su nombre, que propague su nombre bajo el sol; para que en él sean bendecidas todas las razas de la tierra y todas las naciones lo proclamen dichosas.

Evangelio
Lc 4,14-22
14 Jesús, impulsado por el Espíritu, regresó a Galilea, y su fama se extendió por toda la comarca. 15 Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.
JESÚS, RECHAZADO EN NAZARET
16 Llegó a Nazaret, donde se había criado. El sábado entró, según su costumbre, en la sinagoga y se levantó a leer. 17 Le entregaron el libro del profeta Isaías, desenrolló el volumen y encontró el pasaje en el que está escrito: 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido. Me ha enviado a llevar la buena nueva a los pobres, a anunciar la libertad a los presos, a dar la vista a los ciegos, a liberar a los oprimidos 19 y a proclamar un año de gracia del Señor. 20 Enrolló el
libro, se lo dio al ayudante de la sinagoga y se sentó; todos tenían sus ojos clavados en él; 21 y él comenzó a decirles: «Hoy se cumple ante vosotros esta Escritura». 22 Todos daban su aprobación y, admirados de las palabras tan hermosas que salían de su boca, decían: «¿No es éste el hijo de José?».

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