sábado, 14 de febrero de 2009

Evangelio 14 de Febrero 2009

Tiempo Ordinario: (1ª Parte)

1ª Lectura
Gén 3,9-24
9 Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?». 10 Y éste respondió: «Oí tus pasos por el jardín, me entró miedo porque estaba desnudo, y me escondí». 11 El Señor Dios prosiguió: «¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿No habrás comido del árbol del que te prohibí comer?». 12 El hombre respondió: «La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí». 13 El Señor Dios dijo a la mujer: «¿Qué es lo que has hecho?». Y la mujer respondió: «La serpiente me engañó y comí». 14 El Señor Dios dijo a la serpiente:«Por haber hecho esto, maldita seas entre todos los ganados y entre todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás del polvo de la tierra todos los días de tu vida. 15 Yo pongo enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo; él te aplastará la cabeza y tú sólo tocarás su calcañal». 16 A la mujer le dijo: «Multiplicaré los trabajos de tus preñeces. Con dolor parirás a tus hijos; tu deseo te arrastrará hacia tu marido, que te dominará». 17 Al hombre le dijo:«Por haber hecho caso a tu mujery por haber comidodel árbol prohibido,maldita sea la tierra por tu culpa.Con trabajo sacarás de ellatu alimento todo el tiempo de tu vida. 18 Ella te dará espinas y cardos,y comerás la hierba de los campos. 19 Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado;porque polvo eres y en polvo te has de convertir». 20 El hombre llamó Eva a su mujer, porque ella fue la madre de todos los vivientes. 21 El Señor Dios hizo al hombre y a su mujer unas túnicas de piel y los vistió. 22 Después dijo: «¡He ahí al hombre, que ha llegado a ser como uno de nosotros por el conocimiento del bien y del mal! ¡No vaya ahora a tender su mano y tome del árbol de la vida, y comiendo de él viva para siempre!». 23 El Señor Dios lo expulsó del jardín de Edén para que trabajase la tierra de la que había sido sacado. 24 Expulsó al hombre, y puso delante del jardín de Edén los querubines y la llama de la espada flameante para guardar el camino del árbol de la vida.

Salmo Responsorial
Sal 90,2
2 Antes que surgieran las montañas, antes que la tierra y el mundo se engendraran, desde siempre y por siempre tú eres Dios.

Sal 90,3-4
3 Tú haces volver al polvo a los mortales, pues tú has dicho: «Volved, hijos de Adán». 4 Mil años para ti son como el ayer que a pasó, como un turno de la vigilia de la noche.

Sal 90,5-6
5 Los arrebatas como un sueño mañanero, son semejantes a la hierba que brota: 6 sale y florece a la mañana, y a la tarde se marchita y se seca.

Sal 90,12-13
12 Enséñanos a contar nuestros días para que adquiramos un corazón sabio. 13 Vuelve con nosotros, Señor. ¿Hasta cuándo? Ten piedad de tus siervos.

Evangelio
Mc 8,1-10
1 Por aquellos días se reunió de nuevo con él mucha gente, y no tenían qué comer. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: 2 «Me da lástima de esta gente, pues ya llevan tres días conmigo y no tienen qué comer. 3 Si los envío en ayunas a sus casas, desfallecerán en el camino, pues algunos han venido desde lejos». 4 Sus discípulos le respondieron: «¿De dónde podremos sacar pan para hartar a tanta gente aquí, en un despoblado?». 5 Jesús les dijo: «¿Cuántos panes tenéis?». Ellos contestaron: «Siete». 6 Mandó a la gente que se sentara en el suelo, tomó los siete panes, dio gracias, los partió y se los entregó a sus discípulos para que los repartieran. Y los repartieron a la gente. 7 Tenían también unos peces; los bendijo y mandó que los repartieran. 8 Comieron todos hasta hartarse y se recogieron siete espuertas de las sobras. 9 Eran como unos cuatro mil. Luego los despidió. 10 A continuación subió con sus discípulos a la barca y se fue a la región de Dalmanuta.

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