martes, 10 de febrero de 2009

Evangelio 9 de Febrero 2009

Tiempo Ordinario: (1ª Parte)

1ª Lectura
Gén 1,1-19
1 Al principio Dios creó el cielo y la tierra. 2 La tierra era soledad y caos, y las tinieblas cubrían el abismo; y el espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas. 3 Dios dijo: «Haya luz», y hubo luz. 4 Vio Dios que la luz era buena, y la separó de las tinieblas; 5 y llamó a la luz día, y a las tinieblas noche.
Hubo así tarde y mañana: día primero. 6 Y Dios dijo: «Haya un firmamento entre las aguas, que separe las unas de las otras»; y así fue: 7 Dios hizo el firmamento, separando por medio de él las aguas que hay debajo de las que hay sobre él. 8 Dios llamó al firmamento cielo. Hubo tarde y mañana: día segundo. 9 Dios dijo: «Reúnanse en un solo lugar las aguas inferiores y aparezca lo seco»; y así fue. 10 Dios llamó a lo seco tierra, y a la masa de las aguas llamó mares. Vio Dios que esto estaba bien. 11 Dios dijo: «Produzca la tierra vegetación: plantas con semilla de su especie y árboles frutales que den sobre la tierra frutos que contengan la semilla de su especie»; y así fue. 12 La tierra produjo vegetación: plantas con semilla de su especie y árboles frutales que contienen la semilla propia de su especie. Vio Dios que esto estaba bien. 13 Hubo tarde y mañana: día tercero. 14 Dios dijo: «Haya lumbreras en el firmamento que separen el día de la noche, sirvan de signos para distinguir las estaciones, los días y los años, 15 y luzcan en el firmamento del cielo para iluminar la tierra». Y así fue: 16 Dios hizo dos lumbreras grandes, la mayor para gobierno del día, y la menor para gobierno de la noche, y las estrellas. 17 Dios las puso en el firmamento del cielo para iluminar la tierra, 18 regular el día y la noche y separar la luz de las tinieblas. Vio Dios que esto estaba bien. 19 Hubo tarde y mañana: día cuarto.

Salmo Responsorial
Sal 104,1-2
1 Bendice, alma mía, al Señor. Señor, Dios mío, qué grande eres. Vestido de esplendor y majestad, 2 arropado de luz, como de un manto despliegas los cielos lo mismo que una tienda,

Sal 104,5-6
5 Afincaste la tierra sobre sus cimientos, y será eternamente inamovible; 6 la cubriste del océano como de un vestido, las aguas cubrían las montañas;

Sal 104,10
10 Haces manar las fuentes a raudales, y se deslizan entre las montañas;

Sal 104,12
12 junto a ellas anidan las aves de los cielos, y allí lanzan su trino entre la fronda.

Sal 104,24
24 Qué numerosas son, Señor, tus obras; todas las has hecho con sabiduría, la tierra está llena de tus criaturas.

Sal 104,35
35 Que los criminales sean borrados de la tierra, que dejen de existir los malhechores. Bendice, alma mía, al Señor. ¡Aleluya!

Evangelio
Mc 6,53-56
53 Acabada la travesía, tomaron tierra en Genesaret y atracaron. 54 Al desembarcar, fue reconocido en seguida; 55 se pusieron a recorrer toda aquella región, y las gentes acudían llevando en las camillas todos sus enfermos a donde oían que Jesús se encontraba. 56 Adonde entraba, aldeas, ciudades o caseríos, ponían a los enfermos en las plazas y le pedían que les dejase tocar al menos la orla de su manto, y todos los que lo tocaban quedaban curados.

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