lunes, 28 de julio de 2008

Lecturas y evangelio para Martes 29 de Julio

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Tiempo Ordinario: (2ª Parte)

1ª Lectura

Jer 14,17-22

17 Tú les dirás estas palabras: «Mis ojos se derriten en lágrimas noche y día sin descanso, por el gran desastre que quebranta a la virgen, hija de mi pueblo, por su gravísima herida. 18 Si salgo al campo, sólo veo caídos a espada; si entro en la ciudad, allí están las angustias del hambre. Hasta los profetas y los sacerdotes vagan por el país. ¡Ya no lo conocen! 19 ¿Has desechado del todo a Judá, sientes náuseas de Sión? ¿Por qué nos has herido sin esperanza de remedio? ¡Esperábamos paz, y nada bueno llega; el tiempo de curación, y he aquí el espanto!

20 Reconocemos, Señor, nuestra iniquidad y la perversidad de nuestros padres. Sí, hemos pecado contra ti. 21 ¡No nos deseches, por amor de tu nombre! ¡No desprecies tu trono glorioso! ¡Acuérdate, no rompas tu alianza con nosotros! 22 ¿Hay acaso entre los ídolos de las gentes quien pueda hacer llover? ¿Son los cielos los que dan la lluvia? ¿No eres tú solo, Señor? ¡Oh Dios nuestro, en ti esperamos, porque eres tú quien hace todo esto!».

Salmo Responsorial

Sal 79,8

8 No guardes contra nosotros culpas de antepasados, que venga rápida tu piedad sobre nosotros, pues estamos en las últimas.

Sal 79,9

9 Ayúdanos, oh Dios, salvador nuestro, por la gloria de tu nombre; líbranos, perdona nuestros pecados, por el honor de tu nombre.

Sal 79,11

11 Llegue hasta ti el gemido de los prisioneros, con tu potente brazo libera a los condenados a muerte;

Sal 79,13

13 Y nosotros, tu pueblo, ovejas de tu grey, te estaremos eternamente agradecidos,

de edad en edad pregonaremos tu alabanza.

Evangelio

Mt 13,36-43

36 Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Sus discípulos se le acercaron y le dijeron: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo». 37 Él respondió: «El que siembra la buena semilla es el hijo del hombre. 38 El campo es el mundo. La buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del maligno. 39 El enemigo que la siembra es el diablo. La siega es el fin del mundo, y los segadores los ángeles. 40 Como se recoge la cizaña y se quema en el fuego, así también será al fin del mundo. 41 El hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de

su reino a todos los que son causa de pecado y a todos los agentes de injusticias 42 y los echarán al horno ardiente: allí será el llanto y el crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. ¡El que tenga oídos que oiga!»

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