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Tiempo Ordinario: (2ª Parte)
1ª Lectura
Jer 26,11-16
11 Los sacerdotes y los profetas dijeron a los magistrados y a todo el pueblo: «Este hombre debe ser condenado a muerte porque ha profetizado contra la ciudad, como habéis escuchado con vuestros propios oídos». 12 Entonces Jeremías se dirigió a todos los magistrados y al pueblo entero, diciendo: «El Señor me ha enviado a profetizar acerca de este templo y de esta ciudad todo lo que habéis oído. 13 Así, pues, enmendad vuestra conducta y vuestra manera de obrar, escuchad la llamada del Señor, vuestro Dios, y el Señor retirará la desgracia con que os ha amenazado. 14 En cuanto a mí, en vuestras manos estoy: haced de mí lo que queráis y os parezca justo; 15 pero pensad y tened en cuenta que, si me matáis, derramaréis sangre inocente sobre vosotros mismos, sobre esta ciudad y sus habitantes, porque es verdad que el Señor me ha mandado a vosotros a pronunciar todas estas palabras para que las escuchéis». 16 Entonces los magistrados y el pueblo entero dijeron a los sacerdotes y a los profetas: «Este hombre no debe ser condenado a muerte, porque nos ha hablado en el nombre del Señor, nuestro Dios».
Jer 26,24
24 En cuanto a Jeremías, fue protegido por Ajicán, hijo de Safán, y así no fue entregado en manos del pueblo para darle muerte.
Salmo Responsorial
Sal 69,15-16
15 Sácame del cenagal, que no me hunda; líbrame de mis enemigos, de las aguas profundas; 16 que no me arrastre la corriente de las aguas, que el remolino no me trague ni cierre tras mí su boca el pozo.
Sal 69,30-31
30 Yo soy un desgraciado y un enfermo, ayúdame, Dios mío, y sálvame. 31 Alabaré el nombre de Dios con cánticos, lo ensalzaré con acciones de gracias;
Sal 69,33-34
33 Los humildes, al verlo, se regocijarán, y los que buscan a Dios cobrarán ánimo. 34 Porque Dios escucha a los pobres y no rechaza a sus presos.
Evangelio
Mt 14,1-12
1 Por entonces la fama de Jesús llegó a oídos del virrey Herodes, 2 el cual dijo a sus cortesanos: «Ése es Juan Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso tiene poder de obrar milagros». MARTIRIO DEL BAUTISTA 3 Y es que Herodes había detenido a Juan, lo había encadenado y lo había metido en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo; 4 pues Juan le decía: «No te es permitido tenerla». 5 Quiso matarlo; pero tuvo miedo del pueblo, que lo tenía por profeta. 6 Al llegar el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías bailó en presencia de todos, y tanto agradó a Herodes, 7 que juró darle lo que pidiera. 8 Ella, instigada por su madre, le dijo: «Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan Bautista». 9 El rey se entristeció, pero por el juramento y por los invitados ordenó que se la dieran, 10 y envió a cortar la cabeza de Juan en la cárcel. 11 Trajeron la cabeza en una bandeja y se la entregaron a la muchacha, la cual se la llevó a su madre. 12 Sus discípulos fueron, recogieron el cadáver y lo sepultaron. Fueron después a decírselo a Jesús.
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