Tiempo Ordinario: (2ª Parte)
1ª Lectura
Is 22,19-23
19 Yo te echaré de tu cargo, de tu puesto te arrancaré. 20 Y llamaré aquel día a mi siervo Eliaquín, hijo de Jelcías, 21 para vestirlo con tu túnica, ceñirlo con tu banda y poner en sus manos tus poderes. Él será un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. 22 Pondré la llave de la casa de David sobre sus hombros: si él abre, nadie cerrará; si cierra, nadie abrirá. 23 Lo clavaré como estaca en lugar firme, y se hará un trono de gloria para la casa de su padre.
Salmo Responsorial
Sal 138,1-2
1 De David Te doy gracias, Señor, de todo corazón, frente a los dioses cantaré para ti. 2 Yo me postro hacia tu santo templo, doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tus promesas superan tu renombre.
Sal 138,2-3
2 Yo me postro hacia tu santo templo, doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tus promesas superan tu renombre. 3 El día que te llamé, tú me respondiste y me diste valor.
Sal 138,6
6 Aunque es excelso, el Señor se fija en el humilde, pero conoce desde lejos al soberbio.
Sal 138,8
8 El Señor lo hará todo por mí. Señor, tu amor es eterno, no abandones la obra de tus manos.
2ª Lectura
Rom 11,33-36
33 ¡Qué profundidad de riqueza, de sabiduría y de ciencia la de Dios! ¡Qué incomprensibles son sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! 34 Porque ¿quién conoció el pensamiento del Señor?, ¿quién fue su consejero? 35 O ¿quién le ha dado algo a él para pedirle que se lo devuelva? 36 Porque de él y por él y para él son todas las cosas. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Evangelio
Mt 16,13-20
13 Al llegar Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el hijo del hombre?». 14 Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o uno de los profetas». 15 Él les dijo: «Vosotros, ¿quién decís que soy yo?». 16 Simón tomó la palabra y dijo: «Tú eres el mesías, el hijo del Dios vivo». 17 Jesús le respondió: «Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque eso no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. 19 Te daré las llaves del reino de Dios; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». 20 Entonces ordenó a sus discípulos que no dijesen a nadie que él era el mesías.
1ª Lectura
Is 22,19-23
19 Yo te echaré de tu cargo, de tu puesto te arrancaré. 20 Y llamaré aquel día a mi siervo Eliaquín, hijo de Jelcías, 21 para vestirlo con tu túnica, ceñirlo con tu banda y poner en sus manos tus poderes. Él será un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. 22 Pondré la llave de la casa de David sobre sus hombros: si él abre, nadie cerrará; si cierra, nadie abrirá. 23 Lo clavaré como estaca en lugar firme, y se hará un trono de gloria para la casa de su padre.
Salmo Responsorial
Sal 138,1-2
1 De David Te doy gracias, Señor, de todo corazón, frente a los dioses cantaré para ti. 2 Yo me postro hacia tu santo templo, doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tus promesas superan tu renombre.
Sal 138,2-3
2 Yo me postro hacia tu santo templo, doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tus promesas superan tu renombre. 3 El día que te llamé, tú me respondiste y me diste valor.
Sal 138,6
6 Aunque es excelso, el Señor se fija en el humilde, pero conoce desde lejos al soberbio.
Sal 138,8
8 El Señor lo hará todo por mí. Señor, tu amor es eterno, no abandones la obra de tus manos.
2ª Lectura
Rom 11,33-36
33 ¡Qué profundidad de riqueza, de sabiduría y de ciencia la de Dios! ¡Qué incomprensibles son sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! 34 Porque ¿quién conoció el pensamiento del Señor?, ¿quién fue su consejero? 35 O ¿quién le ha dado algo a él para pedirle que se lo devuelva? 36 Porque de él y por él y para él son todas las cosas. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Evangelio
Mt 16,13-20
13 Al llegar Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el hijo del hombre?». 14 Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o uno de los profetas». 15 Él les dijo: «Vosotros, ¿quién decís que soy yo?». 16 Simón tomó la palabra y dijo: «Tú eres el mesías, el hijo del Dios vivo». 17 Jesús le respondió: «Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque eso no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. 19 Te daré las llaves del reino de Dios; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». 20 Entonces ordenó a sus discípulos que no dijesen a nadie que él era el mesías.
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