lunes, 20 de octubre de 2008

Evangelio martes 21 de octubre de 2008

Tiempo Ordinario: (2ª Parte)

1ª Lectura

Ef 2,12-22

12 estabais en otro tiempo sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a las alianzas, sin esperanza de la promesa y sin Dios en el mundo; 13 mientras que ahora, unidos a Cristo Jesús gracias a su muerte, los que antes estabais lejos, ahora estáis cerca. 14 Él es nuestra paz; el que de ambos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad; 15 anulando en su propio cuerpo la ley, sus mandamientos y decretos. Él ha formado de los dos, en su propia persona, una nueva humanidad, haciendo así la paz. 16 Él hizo de los dos un solo cuerpo y los ha reconciliado con Dios por medio de la cruz, destruyendo en sí mismo la enemistad; 17 con su venida anunció la paz a los que estabais lejos y a los que estaban cerca; 18 porque por él los unos y los otros tenemos acceso al Padre en un mismo Espíritu. 19 De tal suerte que ya no sois extranjeros y huéspedes, sino que sois ciudadanos de los consagrados y miembros de la familia de Dios, 20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas. La piedra angular de este edificio es Cristo Jesús, 21 en el que todo el edificio, perfectamente ensamblado, se levanta para convertirse en un templo consagrado al Señor; 22 por él también vosotros estáis integrados en el edificio, para ser mediante el Espíritu morada de Dios.

Salmo Responsorial

Sal 85,9-10

9 Voy a escuchar lo que Dios dice:«El Señor anuncia la paz para su pueblo y sus amigos, con tal que a su locura no retornen». 10 Su salvación está cerca de sus fieles, su gloria va a habitar en nuestra tierra;

Sal 85,11-12

11 el amor y la lealtad se darán cita, la justicia y la paz se abrazarán; 12 la tierra producirá lealtad y la justicia mirará desde los cielos.

Sal 85,13-14

13 El mismo Señor traerá la lluvia y nuestra tierra dará sus cosechas. 14 La justicia marchará delante de él, irá preparándole el camino.

Evangelio

Lc 12,35-38

35 «Estad preparados y tened encendidas vuestras lámparas. 36 Sed como los criados que esperan a su amo de retorno de las bodas para abrirle tan pronto como llegue y llame. 37 ¡Dichosos los criados a quienes el amo encuentra en vela a su llegada! Os aseguro que los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlos él mismo. 38 Si llega a medianoche o de madrugada y los encuentra

así, ¡dichosos ellos!

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