domingo, 28 de diciembre de 2008

Evangelio 28 de Diciembre

Navidad

Sagrada Familia

1ª Lectura
Si 3,2-6
2 Porque el Señor honra al padre en sus hijos, y confirma el derecho de la madre sobre las hijas.
3 El que honra al padre repara su pecado.4 El que honra a su madre amontona tesoros. 5 El que honra a su padre se alegrará en sus hijos y será escuchado en el día de su oración. 6 El que glorifica a su padre vivirá larga vida, y el que obedece al Señor complace a su madre.

Si 3,12-14
12 Hijo, ayuda a tu padre en su vejez, y no le des disgustos durante su vida. 13 Si llega a perder la razón, sé indulgente con él; no le afrentes tú que estás en pleno vigor. 14 La misericordia con el padre no será olvidada, te servirá de reparación por tus pecados.

Salmo Responsorial
Sal 128,1-2
1 Canción de las subidas Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos. 2 Comerás del trabajo de tus manos, serás feliz y todo te irá bien.

Sal 128,3
3 Tu esposa será como parra fecunda en la intimidad de tu casa; tus hijos, como brotes de olivo
en torno a tu mesa.

Sal 128,4-5
4 Así es bendecido el hombre que teme al Señor. 5 Que el Señor te bendiga desde Sión para que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida

2ª Lectura
Col 3,12-21
12 Dios os ama y os ha elegido para que seáis miembros de su pueblo. Por tanto, sed compasivos, bondadosos, humildes, pacientes y comprensivos. 13 Soportaos unos a otros y perdonaos si alguno tiene queja contra otro. Del mismo modo que el Señor os perdonó, así también vosotros debéis perdonaros. 14 Pero, por encima de todo, tened amor, que es el lazo de la perfección. 15 Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, en la que fuisteis llamados para formar un solo cuerpo. Y sed agradecidos. 16 Que la palabra de Cristo viva entre
vosotros con toda su riqueza. Enseñaos y aconsejaos unos a otros con talento. Con profundo agradecimiento cantad a Dios salmos, himnos y canciones religiosas. 17 Y todo lo que hagáis o digáis, hacedlo en nombre de Jesús, el Señor, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

LOS DEBERES FAMILIARES
18 Mujeres, estad sumisas a vuestros maridos, pues eso es lo que debéis hacer como creyentes. 19 Maridos, amad a vuestras esposas y no os irritéis contra ellas. 20 Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor. 21 Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.

Evangelio
Lc 2,22-40
22 Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para ofrecerlo al Señor, 23 como está escrito en la ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor, 24 y para ofrecer el sacrificio según lo ordenado en la ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones. 25 Había entonces en Jerusalén un hombre llamado
Simeón, justo y piadoso, que esperaba la liberación de Israel: El Espíritu Santo estaba en él, 26 y le había anunciado que no moriría sin ver al mesías del Señor. 27 Movido por el Espíritu fue al templo, y, al entrar los padres con el niño Jesús para cumplir lo establecido por la ley acerca de él, 28 lo recibió en sus brazos y bendijo a Dios diciendo:
29 «Ahora, Señor, puedes dejar morir en paz a tu siervo, porque tu promesa se ha cumplido: 30 Mis propios ojos han visto al Salvador 31 que has preparado ante todos los pueblos, 32 luz para iluminar a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel».
33 Su padre y su madre estaban admirados de las cosas que decían de él. 34 Simeón los bendijo, y dijo a María, su madre: «Este niño está destinado en Israel para que unos caigan y otros se levanten; será signo de contradicción 35 para que sean descubiertos los pensamientos de todos; y a ti una espada te atravesará el corazón».
36 Estaba también la profetisa Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada. Se había casado muy joven, y a los siete años de matrimonio había enviudado. 37 Tenía ochenta y cuatro años. Estaba siempre en el templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. 38 Se presentó en aquel mismo momento, y daba gloria a Dios hablando del niño a todos los que esperaban la liberación de Israel.

VIDA OCULTA EN NAZARET
39 Cuando cumplieron todas las cosas que mandaba la ley del Señor, regresaron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40 El niño crecía y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.

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