miércoles, 28 de enero de 2009

Evangelio 28 de Enero 2009

Tiempo Ordinario: (1ª Parte)

1ª Lectura
Heb 10,11-18
11 Y mientras todo sacerdote se presenta diariamente, oficiando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que no tienen poder alguno para quitar los pecados, 12 él, por el contrario, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados, se sentó para siempre a la derecha de Dios, 13 esperando desde entonces que sus enemigos sean colocados como estrado de sus pies. 14 Porque por una ofrenda única ha hecho perfectos para siempre a aquellos que santifica. 15 Esto mismo nos atestigua también el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: 16 Ésta es la alianza que haré con ellos después de estos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en sus corazones 17 y no me acordaré más de sus crímenes y de sus pecados. 18 Ahora bien, donde hay perdón de los pecados no hay necesidad de ofrenda por el pecado.

Salmo Responsorial
Sal 110,1
1 Salmo de David Palabra del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, hasta que haga de tus enemigos estrado de tus pies».

Sal 110,2
2 El Señor extenderá desde Sión el poder de tu cetro: domina sobre tus enemigos.

Sal 110,3
3 Contigo el poderío el día de tu nacimiento; en las montañas santas, como el rocío, te he engendrado en el seno de la aurora.

Sal 110,4
4 El Señor lo ha jurado y no se vuelve atrás: «Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec».

Evangelio
Mc 4,1-20
1 De nuevo comenzó a enseñar a la orilla del lago. Acudió a él tanta gente que subió a sentarse en una barca en el lago, mientras toda la gente se quedó en tierra en la orilla. 2 Les enseñó muchas cosas en parábolas. Les dijo: 3 «Escuchad: Salió el sembrador a sembrar 4 y, al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino, vinieron las aves y se la comieron. 5 Otra parte cayó en un pedregal, donde no había mucha tierra, y brotó en seguida porque la semilla no tenía profundidad en la tierra; 6 pero al salir el sol la abrasó, y por no tener raíz se secó. 7 Otra cayó entre zarzas; las zarzas crecieron, la ahogaron y no dio fruto. 8 Otra parte cayó en tierra buena y dio fruto lozano y crecido, una treinta, otra sesenta y otra ciento». 9 Y añadió: «¡El que tenga oídos que oiga!».
RAZÓN DE LAS PARÁBOLAS
10 Cuando se quedó a solas, los doce y los que estaban a su alrededor le preguntaron el significado de las parábolas. 11 Y les dijo: «A vosotros se os ha dado conocer los secretos del reino de Dios; pero a los demás, a los que están fuera, todo les llega en parábolas 12 para que aunque miren no vean y aunque oigan no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados».
EXPLICACIÓN DE LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR
13 Y les dijo: «¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, entonces, vais a entender las demás parábolas? 14 El sembrador siembra la palabra. 15 Los de junto al camino son aquellos en los que se siembra la palabra, pero que, apenas la han oído, va Satanás y arrebata la palabra sembrada en ellos. 16 Los sembrados en el pedregal son aquellos que oyen la palabra y la aceptan con alegría; 17 pero no tienen raíces, son inconstantes y, en cuanto les sobreviene, a causa de la palabra, una tribulación o persecución, inmediatamente se vienen abajo. 18 Los que reciben la semilla entre zarzas son los que oyen la palabra; 19 pero en ellos brotan las preocupaciones del mundo, el engaño de las riquezas y demás ambiciones, y ahogan la palabra haciéndola infructuosa. 20 Los que reciben la semilla en tierra buena son aquellos que oyen la palabra, la aceptan y dan fruto, el treinta, el sesenta o el ciento por uno.

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