"Todos recordamos con gran dolor día el 13 de mayo de 1981, fue vivido con un gran sentimiento de dolor, pero también con un gran sentimiento de gratitud a la Virgen de Fátima que salvó la vida de Juan Pablo II, él estaba totalmente convencido de que si no murió aquel día fue gracias a la protección de la Virgen de Fátima", aseguró.
El Cardenal dijo también a ACI Prensa que el Beato Juan Pablo II solía decir "la Virgen de Fátima ha desviado la bala que debía herirme".
Por eso, en 1982, "un año después, en el aniversario del atentado, el Papa viajó a Fátima para dar la gracias por haberle salvado la vida y para ofrecerle aquella bala que debía haberle llevado a la muerte".
Sobre la fecha de la beatificación de Juan Pablo II, el Purpurado señaló: "parece lógico, que la beatificación se produjese en el mes de mayo pero ¿porqué el 1 de mayo? Yo digo que la beatificación de Juan Pablo II tenía que tener lugar en el día del trabajador porque Juan Pablo II antes de abrazar la carrera eclesiástica fue un obrero en la cantera".
"La festividad del 1 de mayo no fue solo la beatificación de un Papa, sino de un obrero y por ello el Día del Trabajo (y de San José Obrero) era el día más indicado para la beatificación del Papa Wojtyla, porque él fue un gran trabajador, un gran obrero".
El Cardenal afirmó también en la entrevista con ACI Prensa que "es importantísimo celebrar la fe de la Virgen de Fátima y también recordar y vivir aquellos importantes mensajes que esta Virgen blanca trajo no solo a Portugal, sino a todo el mundo".
"La Virgen es nuestra madre, que vino a Fátima para recordarnos algunos puntos del Evangelio muy importantes", añadió.
El Prefecto Emérito comentó que celebra esta fiesta con mucho cariño, que reúne cada año en su santuario en Portugal a unos 500 000 o 600 000 fieles, porque "dicen que Fátima es el altar del mundo, pero yo digo que también es la cátedra del mundo, porque la Virgen enseñó y continúa enseñando muchas verdades".
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