Tiempo Ordinario: (2ª Parte)
1ª Lectura
1Cor 8,1-7
1 Sobre la carne ofrecida en sacrificio a los ídolos, está claro que todos tenemos la ciencia suficiente. Pero la ciencia envanece; lo único verdaderamente provechoso es el amor. 2 Si alguno cree que sabe algo, no lo sabe como lo debía saber. 3 Pero el que ama a Dios, ése es conocido por él. 4 Viniendo, pues, a lo de la comida de las carnes ofrecidas en sacrificio a los ídolos, sabemos que los ídolos no son nada en el mundo y que no hay más Dios que uno solo. 5 Pues aunque hay esos llamados dioses, tanto en el cielo como en la tierra, y en ese sentido hay muchas divinidades y muchos señores, 6 para nosotros hay un solo Dios, el Padre, del que proceden todas las cosas y por el que hemos sido creados; y un solo Señor, Jesucristo, por quien existen todas las cosas, y por el que también nosotros existimos. 7 Pero no todos saben esto; pues algunos, acostumbrados hasta ahora a adorar a los ídolos, comen las carnes pensando que están consagradas a los ídolos, y su conciencia, que no está bien formada, les hace sentirse culpables.
PERO HAY QUE EVITAR EL ESCÁNDALO
1Cor 8,11-13
11 Así tú, con tu conocimiento claro, has echado a perder a ese hermano poco formado todavía, por el que Cristo murió. 12 De este modo pecáis contra los hermanos, al hacer daño a su conciencia aún no formada, y contra el mismo Cristo. 13 Por tanto, si una comida escandaliza a mi hermano, jamás comeré carne para no escandalizarle.
Salmo Responsorial
Sal 139,1-3
1 Al maestro de coro. Salmo de David Señor, tú me has examinado y me conoces; 2 sabes cuándo me acuesto y cuándo me levanto, desde lejos te das cuenta de mis pensamientos; 3 tú ves mi caminar y mi descanso, te son familiares todos mis caminos;
Sal 139,13-14
13 Porque tú formaste mis entrañas, tú me tejiste en el vientre de mi madre. 14 Confieso que soy una obra prodigiosa, pues todas tus obras son maravillosas; de ello estoy bien convencido.
Sal 139,23-24
23 Examíname, Señor, y reconoce mi interior, explórame y conoce mis pensamientos; 24 mira si voy por mal camino y guíame por el camino eterno.
Evangelio
Lc 6,27-38
27 «Yo os digo a vosotros que me escucháis: Amad a vuestros enemigos; haced el bien a los que os odian; 28 bendecid a los que os maldicen; orad por los que os calumnian. 29 Al que te abofetea en una mejilla, ofrécele también la otra; a quien te quita el manto, dale también la túnica. 30 Da a quien te pida, y no reclames a quien te roba lo tuyo. 31 Tratad a los hombres como queréis que ellos os traten a vosotros. 32 Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tendréis? También los pecadores aman a quienes los aman. 33 Y si hacéis el bien a los que os lo hacen, ¿qué mérito tendréis? Los pecadores también lo hacen. 34 Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tendréis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir de ellos otro tanto. 35 Pero vosotros amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar remuneración; así será grande vuestra recompensa y seréis hijos del altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y con los malvados. 36 Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso».
NO JUZGAR A LOS DEMÁS
37 «No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados. Perdonad y seréis perdonados. 38 Dad y se os dará; se os dará una buena medida, apretada, rellena, rebosante; porque con la medida con que midáis seréis medidos vosotros».
1ª Lectura
1Cor 8,1-7
1 Sobre la carne ofrecida en sacrificio a los ídolos, está claro que todos tenemos la ciencia suficiente. Pero la ciencia envanece; lo único verdaderamente provechoso es el amor. 2 Si alguno cree que sabe algo, no lo sabe como lo debía saber. 3 Pero el que ama a Dios, ése es conocido por él. 4 Viniendo, pues, a lo de la comida de las carnes ofrecidas en sacrificio a los ídolos, sabemos que los ídolos no son nada en el mundo y que no hay más Dios que uno solo. 5 Pues aunque hay esos llamados dioses, tanto en el cielo como en la tierra, y en ese sentido hay muchas divinidades y muchos señores, 6 para nosotros hay un solo Dios, el Padre, del que proceden todas las cosas y por el que hemos sido creados; y un solo Señor, Jesucristo, por quien existen todas las cosas, y por el que también nosotros existimos. 7 Pero no todos saben esto; pues algunos, acostumbrados hasta ahora a adorar a los ídolos, comen las carnes pensando que están consagradas a los ídolos, y su conciencia, que no está bien formada, les hace sentirse culpables.
PERO HAY QUE EVITAR EL ESCÁNDALO
1Cor 8,11-13
11 Así tú, con tu conocimiento claro, has echado a perder a ese hermano poco formado todavía, por el que Cristo murió. 12 De este modo pecáis contra los hermanos, al hacer daño a su conciencia aún no formada, y contra el mismo Cristo. 13 Por tanto, si una comida escandaliza a mi hermano, jamás comeré carne para no escandalizarle.
Salmo Responsorial
Sal 139,1-3
1 Al maestro de coro. Salmo de David Señor, tú me has examinado y me conoces; 2 sabes cuándo me acuesto y cuándo me levanto, desde lejos te das cuenta de mis pensamientos; 3 tú ves mi caminar y mi descanso, te son familiares todos mis caminos;
Sal 139,13-14
13 Porque tú formaste mis entrañas, tú me tejiste en el vientre de mi madre. 14 Confieso que soy una obra prodigiosa, pues todas tus obras son maravillosas; de ello estoy bien convencido.
Sal 139,23-24
23 Examíname, Señor, y reconoce mi interior, explórame y conoce mis pensamientos; 24 mira si voy por mal camino y guíame por el camino eterno.
Evangelio
Lc 6,27-38
27 «Yo os digo a vosotros que me escucháis: Amad a vuestros enemigos; haced el bien a los que os odian; 28 bendecid a los que os maldicen; orad por los que os calumnian. 29 Al que te abofetea en una mejilla, ofrécele también la otra; a quien te quita el manto, dale también la túnica. 30 Da a quien te pida, y no reclames a quien te roba lo tuyo. 31 Tratad a los hombres como queréis que ellos os traten a vosotros. 32 Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tendréis? También los pecadores aman a quienes los aman. 33 Y si hacéis el bien a los que os lo hacen, ¿qué mérito tendréis? Los pecadores también lo hacen. 34 Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tendréis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir de ellos otro tanto. 35 Pero vosotros amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar remuneración; así será grande vuestra recompensa y seréis hijos del altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y con los malvados. 36 Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso».
NO JUZGAR A LOS DEMÁS
37 «No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados. Perdonad y seréis perdonados. 38 Dad y se os dará; se os dará una buena medida, apretada, rellena, rebosante; porque con la medida con que midáis seréis medidos vosotros».
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