Tiempo Ordinario: (2ª Parte)
1ª Lectura
1Cor 9,16-19
16 Porque si predico el evangelio, no tengo de qué sentir orgullo; es mi obligación hacerlo. Pues ¡ay de mí si no evangelizare! 17 Si hiciera esto por propia voluntad, merecería recompensa; pero si lo hago por mandato, cumplo con una misión que se me ha confiado. 18 ¿Cuál es, pues, mi recompensa? Que predico el evangelio y lo hago gratuitamente, no haciendo valer mis derechos por la evangelización. 19 Libre, de hecho, como estoy de todos, me hago esclavo de todos para ganarlos a todos.
1Cor 9,22-27
22 Con los débiles en la fe me hago débil para ganar a los débiles; me hago todo para todos, para salvarlos a todos. 23 Todo lo hago por el evangelio, para participar de sus bienes. 24 ¿No sabéis que los que corren en el estadio todos corren, pero sólo uno consigue el premio? Corred de modo que lo conquistéis. 25 Los atletas se privan de muchas cosas, y lo hacen para conseguir una corona corruptible; en cambio, nosotros, por una incorruptible. 26 Yo no corro sin ton ni son, ni peleo como quien da golpes al aire, 27 sino que me impongo una disciplina y domino mi cuerpo, no sea que después de predicar a los demás, yo quede descalificado.
Salmo Responsorial
Sal 84,3
3 Mi alma suspira y desfallece por los atrios del Señor, mi corazón y mi carne se entusiasman en busca del Dios vivo.
Sal 84,4
4 Hasta el gorrión ha encontrado una casa y la golondrina un nido donde poner sus polluelos: tus altares, Señor omnipotente, rey mío y Dios mío.
Sal 84,5-6
5 Dichosos los que viven en tu casa y están siempre alabándote; 6 dichoso el hombre que tiene en ti su fortaleza y lleva en su corazón tus caminos.
Sal 84,12
12 Dios, el Señor, es un sol y un escudo, el Señor da la gracia y la gloria;
no niega bien alguno al que procede rectamente.
Evangelio
Lc 6,39-42
39 Y les dijo una parábola: «¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? 40 El discípulo no es superior a su maestro; el discípulo bien formado será como su maestro. 41 ¿Cómo es que ves la paja en el ojo de tu hermano si no adviertes la viga en el tuyo? 42 ¿Cómo puedes decir a tu hermano: Deja que saque la paja de tu ojo, tú que no ves la viga en el tuyo? Hipócrita, quita primero la viga de tu ojo, y entonces verás para quitar la paja del ojo de tu hermano».
1ª Lectura
1Cor 9,16-19
16 Porque si predico el evangelio, no tengo de qué sentir orgullo; es mi obligación hacerlo. Pues ¡ay de mí si no evangelizare! 17 Si hiciera esto por propia voluntad, merecería recompensa; pero si lo hago por mandato, cumplo con una misión que se me ha confiado. 18 ¿Cuál es, pues, mi recompensa? Que predico el evangelio y lo hago gratuitamente, no haciendo valer mis derechos por la evangelización. 19 Libre, de hecho, como estoy de todos, me hago esclavo de todos para ganarlos a todos.
1Cor 9,22-27
22 Con los débiles en la fe me hago débil para ganar a los débiles; me hago todo para todos, para salvarlos a todos. 23 Todo lo hago por el evangelio, para participar de sus bienes. 24 ¿No sabéis que los que corren en el estadio todos corren, pero sólo uno consigue el premio? Corred de modo que lo conquistéis. 25 Los atletas se privan de muchas cosas, y lo hacen para conseguir una corona corruptible; en cambio, nosotros, por una incorruptible. 26 Yo no corro sin ton ni son, ni peleo como quien da golpes al aire, 27 sino que me impongo una disciplina y domino mi cuerpo, no sea que después de predicar a los demás, yo quede descalificado.
Salmo Responsorial
Sal 84,3
3 Mi alma suspira y desfallece por los atrios del Señor, mi corazón y mi carne se entusiasman en busca del Dios vivo.
Sal 84,4
4 Hasta el gorrión ha encontrado una casa y la golondrina un nido donde poner sus polluelos: tus altares, Señor omnipotente, rey mío y Dios mío.
Sal 84,5-6
5 Dichosos los que viven en tu casa y están siempre alabándote; 6 dichoso el hombre que tiene en ti su fortaleza y lleva en su corazón tus caminos.
Sal 84,12
12 Dios, el Señor, es un sol y un escudo, el Señor da la gracia y la gloria;
no niega bien alguno al que procede rectamente.
Evangelio
Lc 6,39-42
39 Y les dijo una parábola: «¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? 40 El discípulo no es superior a su maestro; el discípulo bien formado será como su maestro. 41 ¿Cómo es que ves la paja en el ojo de tu hermano si no adviertes la viga en el tuyo? 42 ¿Cómo puedes decir a tu hermano: Deja que saque la paja de tu ojo, tú que no ves la viga en el tuyo? Hipócrita, quita primero la viga de tu ojo, y entonces verás para quitar la paja del ojo de tu hermano».
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