martes, 12 de agosto de 2008

Evangelio y lecturas para Miercoles 13 de Agosto

Tiempo Ordinario: (2ª Parte)
1ª Lectura
Ez 9,1-7
1 Después gritó a mis oídos con voz recia, y dijo: «Acercaos los que habéis de castigar a la ciudad, cada uno con su instrumento de exterminio en la mano». 2 Y por la calle de la puerta de arriba que da al norte llegaron seis hombres, cada cual con su instrumento de exterminio en la mano. En medio de ellos había un personaje, vestido de lino, con la cartera de escriba a la cintura. Entraron y se detuvieron junto al altar de bronce. 3 La gloria del Dios de Israel se había levantado del querubín sobre el cual estaba, y se dirigía hacia el umbral del templo. Llamó al hombre vestido de lino, que llevaba a la cintura la cartera de escribir, 4 y le dijo: «Pasa por la ciudad, recorre Jerusalén y marca con una cruz la frente de los hombres que gimen y lloran por todas las nefastas acciones que se cometen dentro de ella».
SÓLO SE SALVARÁ EL QUE TENGA LA CRUZ EN LA FRENTE
5 Y pude oír lo que les dijo: «Recorred la ciudad detrás de él y herid. No se compadezcan vuestros ojos ni tengáis piedad. 6 Matad a ancianos, jóvenes, doncellas, niños y mujeres, hasta el exterminio. Pero no toquéis a los que tengan la cruz en la frente. Empezad por mi santuario». Empezaron, pues, por los ancianos que estaban delante del templo. 7 Después les dijo: «Profanad el templo y llenad de muertos los atrios. Y ahora salid». Salieron y comenzaron a herir por la ciudad.
Ez 10,18-22
18 La gloria del Señor salió del umbral del templo y se posó sobre los querubines. 19 Los querubines alzaron sus alas y se elevaron de la tierra ante mi vista, y las ruedas se elevaron también junto a ellos. Fueron a posarse a la entrada de la puerta oriental del templo del Señor, y la gloria del Dios de Israel estaba en alto por encima de ellos. 20 Aquellos seres eran los mismos que yo había visto debajo del Dios de Israel, junto al río Quebar, y comprendí que eran querubines. 21 Tenían cada uno cuatro caras y cuatro alas, y bajo las alas algo que parecían manos humanas. 22 Sus caras eran como aquellas que yo había visto junto al río Quebar. Cada uno marchaba de frente.

Salmo Responsorial
Sal 113,1-2
1 ¡Aleluya! Siervos del Señor, alabadlo, alabad el nombre del Señor. 2 Bendito sea el nombre del Señor desde ahora y por siempre;
Sal 113,3-4
3 desde que sale el sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. 4 El Señor domina sobre las naciones, su gloria por encima de los cielos.
Sal 113,5-6
5 ¿Quién es como el Señor, nuestro Dios, que se sienta en lo alto, 6 y se rebaja para ver los cielos y la tierra?

Evangelio
Mt 18,15-20
15 «Si tu hermano ha pecado contra ti, ve y repréndelo a solas; si te escucha, habrás ganado a tu hermano; 16 pero si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que toda causa sea decidida por la palabra de dos o tres testigos. 17 Si no quiere escucharles, dilo a la comunidad; y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano y publicano. 18 Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo».
ORACIÓN EN COMÚN
19 «Os aseguro que, si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre la tierra, cualquier cosa que pidan les será concedida por mi Padre celestial. 20 Porque donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».

lunes, 11 de agosto de 2008

Evangelio y lecturas Martes 12 de Agosto 2008

1ª Lectura
Ez 2,8-10
8 Pero tú, hijo de hombre, escucha lo que te digo; no seas rebelde como esta raza de rebeldes; abre la boca y come lo que te doy». 9 Yo miré y vi una mano tendida hacia mí con un libro enrollado. 10 Lo desenrolló ante mi vista. Estaba escrito por dentro y por fuera, y contenía
lamentaciones, gemidos y ayes. II. JUICIO DE DIOS CONTRA EL PUEBLO ESCOGIDO
(3,1-24,27)
Ez 3,1-4
1 Y me dijo: «Hijo de hombre, cómelo; come este libro y vete a hablar a la casa de Israel». 2 Yo abrí la boca, y me hizo tragar el libro. 3 Entonces me dijo: «Hijo de hombre, aliméntate y sáciate de este libro que yo te doy». Yo lo comí, y fue en mi boca dulce como la miel. 4 Después me dijo: «Hijo de hombre, anda, dirígete a la casa de Israel y comunícales mis palabras.
Salmo Responsorial
Sal 119,14
14 yo encuentro la alegría en cumplir tus decretos más que en todas las riquezas;
Sal 119,24
24 tus decretos hacen mis delicias, ellos son mis consejeros.
Sal 119,72
72 la ley de tu boca es para mí mejor que millones de oro y plata.
Sal 119,103
103 qué dulce a mi paladar es tu promesa: mucho más que la miel para mi boca;
Sal 119,111
111 lo mío serán siempre tus órdenes, pues ellas son la alegría de mi corazón;
Sal 119,131
131 yo suspiro con la boca abierta, pues estoy ansioso de tus mandamientos.
Evangelio
Mt 18,1-5
1 En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Quién es, entonces, el más grande en el reino de Dios?». 2 Jesús llamó a un niño, lo puso en el centro 3 y dijo: «Os aseguro que si no cambiáis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de Dios. 4 El que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de Dios».
EL ESCÁNDALO 5 «El que acoge en mi nombre a un niño como éste, a mí me acoge.
Mt 18,10
10 Guardaos de despreciar a uno de estos pequeñuelos, porque yo os digo que sus ángeles en los cielos están continuamente en la presencia de mi Padre celestial.
Mt 18,12-14
12 «¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le extravía una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve e irá a buscar la extraviada? 13 Y si la encuentra, os aseguro que se alegra por ella más que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. 14 De la misma manera, vuestro Padre celestial no quiere que se pierda ni uno solo de esos pequeñuelos».

domingo, 10 de agosto de 2008

Evangelio y lecturas Lunes 11 Agosto 2008

Tiempo Ordinario: (2ª Parte)

1ª Lectura

Ez 1,2-5

2 El día cinco del mes -era ya el año quinto de la deportación del rey Joaquín- 3 fue dirigida la palabra del Señor a Ezequiel, hijo de Buzi, sacerdote, en la tierra de los caldeos, junto al río Quebar. Y allí el Señor puso su mano sobre él.

VISIÓN DEL CARRO DIVINO

4 Yo veía un viento huracanado que venía del norte, una gran nube con resplandores en torno, un fuego que despedía relámpagos y en su centro como el fulgor del electro, en el centro del fuego. 5 En el medio aparecía la figura de cuatro seres, cuyo aspecto era el siguiente: presentaban forma humana,

Ez 1,24-28

24 Sentí el rumor de las alas mientras se movían; parecía el rumor de aguas ingentes, semejante a la voz del todopoderoso; un ruido tumultuoso como el de un ejército. Y cuando se pararon, replegaron sus alas. 25 Entonces resonó una voz desde el firmamento que había sobre sus cabezas. 26 Por encima del firmamento que se extendía sobre sus cabezas apareció como una piedra de zafiro en forma de trono; y sobre esta especie de trono, una figura de aspecto semejante al de un hombre, que se erguía sobre él. 27 Desde lo que parecían sus caderas hacia arriba vi que era como un bronce resplandeciente, algo que parecía fuego, dentro y alrededor de él; y desde lo que parecían sus caderas para abajo vi también algo así como un fuego, refulgente todo en torno, 28 semejante al arco iris que aparece en las nubes en un día de lluvia; tal era el fulgor que despedía. Esta visión era como la imagen de la gloria del Señor. A su vista yo caí rostro en tierra y oí una voz que hablaba.

Salmo Responsorial

Sal 148,1-2

1 ¡Aleluya!

Alabad al Señor desde los cielos, alabadlo en las alturas; 2 alabadlo, todos sus ángeles; alabadlo, todos sus ejércitos;

Sal 148,11-12

11 reyes del mundo y pueblos todos, príncipes y todos los jueces de la tierra, 12 jóvenes y también doncellas, los viejos a una con los niños;

Sal 148,12-14

12 jóvenes y también doncellas, los viejos a una con los niños; 13 que todos alaben el nombre del Señor, porque su nombre es sublime, sólo él; su majestad domina los cielos y la tierra. 14 Él ha realzado el poder de su pueblo, orgullo para todos sus amigos, para Israel, su pueblo íntimo. ¡Aleluya!

Sal 148,14

14 Él ha realzado el poder de su pueblo, orgullo para todos sus amigos, para Israel, su pueblo íntimo. ¡Aleluya!

Evangelio

Mt 17,22-27

22 Estando en Galilea, Jesús les dijo: «El hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, 23 lo matarán y al tercer día resucitará». Y ellos se entristecieron mucho. JESÚS Y PEDRO PAGAN EL TRIBUTO AL TEMPLO 24 Cuando llegaron a Cafarnaún, los recaudadores de los impuestos se acercaron a Pedro y le dijeron: «¿Vuestro maestro no paga el impuesto?». 25 Respondió: «Sí». Cuando entró en casa, se anticipó Jesús diciéndole: «¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los impuestos? ¿De sus hijos o de los extraños?». 26 Él contestó que de los extraños. Jesús le dijo: «Luego los hijos están libres. 27 Pero, para no escandalizarlos, vete al mar, echa el anzuelo y al primer pez que suba sácalo, ábrele la boca y encontrarás en ella la moneda precisa. Tómala y dásela a ellos por mí y por ti».

sábado, 9 de agosto de 2008

Evangelio y lecturas para Domingo 10 de Agosto

Tiempo Ordinario: (2ª Parte)

1ª Lectura

1Re 19,9

9 Llegó y pasó la noche en una cueva. El Señor le dijo: «¿Qué haces aquí, Elías?».

1Re 19,11-13

11 El Señor le dijo: «Sal y quédate de pie en la montaña ante la presencia del Señor». Y el Señor pasó. Sopló un viento fuerte e impetuoso que descuajaba los montes y quebraba las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. 12 Tras el terremoto, un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Y al fuego siguió un ligero susurro de aire. 13 Elías, al oírlo, se cubrió el rostro con su capa, salió fuera y se quedó de pie a la entrada de la cueva. Y una voz le

preguntó: «¿Qué haces aquí, Elías?».

Salmo Responsorial

Sal 85,9-10

9 Voy a escuchar lo que Dios dice: «El Señor anuncia la paz para su pueblo y sus amigos, con tal que a su locura no retornen». 10 Su salvación está cerca de sus fieles, su gloria va a habitar en nuestra tierra;

Sal 85,11-12

11 el amor y la lealtad se darán cita, la justicia y la paz se abrazarán; 12 la tierra producirá lealtad y la justicia mirará desde los cielos.

Sal 85,13-14

13 El mismo Señor traerá la lluvia y nuestra tierra dará sus cosechas. 14 La justicia marchará delante de él, irá preparándole el camino.

2ª Lectura

Rom 9,1-5

1 Como cristiano que soy, digo la verdad, no miento. Mi conciencia, bajo la acción del Espíritu Santo, me asegura que digo la verdad. 2 Tengo una tristeza inmensa y un profundo y continuo dolor. 3 Quisiera ser objeto de maldición, separado incluso de Cristo, por el bien de mis hermanos, los de mi propia raza; 4 son los israelitas, a los que Dios adoptó como hijos y a los que se apareció gloriosamente; de ellos es la alianza, la ley, el culto y las promesas; 5 de ellos son también los patriarcas; de ellos procede Cristo en cuanto hombre, el que está por encima de todas las cosas y es Dios bendito por los siglos. Amén.

Evangelio

Mt 14,22-33

22 Después obligó a los discípulos a que se embarcaran y se le adelantaran rumbo a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. 23 Y una vez que la despidió, subió al monte, a solas, para orar; al caer la tarde, estaba solo allí. 24 Mientras, la barca se hallaba ya en medio del lago, batida por las olas, porque el viento era contrario. 25 Hacia las tres de la madrugada se dirigió a ellos andando sobre el lago. 26 Los discípulos, al verlo caminar sobre el lago, se asustaron y decían: «¡Es un fantasma!», y se pusieron a gritar llenos de miedo. 27 Jesús les dijo: «Tranquilizaos. Soy yo, no tengáis miedo». 28 Pedro le respondió: «Señor, si eres tú, mándame ir a ti sobre las aguas». 29 Él dijo: «Ven». Pedro saltó de la barca y fue hacia Jesús andando sobre las aguas. 30 Pero, al ver la fuerza del viento, se asustó y, como empezaba a hundirse, gritó: «¡Sálvame, Señor!». 31 Jesús le tendió la mano, lo agarró y le dijo: «Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?». 32 Cuando subieron a la barca, el viento se calmó. 33 Y los que estaban en ella se postraron ante él, diciendo: «Verdaderamente tú eres el hijo de Dios».

Evangelio y lecturas para Sabado 09 de Agosto

Tiempo Ordinario: (2ª Parte)

1ª Lectura

Heb 1,12

12 tú los doblarás como se dobla un manto; serán como la muda que se cambia. Mas tú eres siempre el mismo y tus años no terminan nunca.

Heb 2,4

4 confirmando Dios su testimonio con signos, prodigios y toda clase de milagros, y con los dones que el Espíritu Santo reparte según su voluntad.

Salmo Responsorial

Sal 9,8-9

8 Pero el Señor reina eternamente, y tiene preparado su trono para el juicio; 9 juzga al mundo con justicia, dicta sentencia a las naciones.

Sal 9,10-11

10 El Señor es refugio para los oprimidos, su refugio en los tiempos de la angustia. 11 En ti esperan los que saben tu nombre, pues no abandonas, Señor, a quien te busca.

Sal 9,12-13

12 Cantad al Señor, que mora en Sión, publicad por los pueblos sus hazañas: 13 Él, vengador de la sangre, se acuerda de ellos, no olvida el grito de los oprimidos.

Evangelio

Mt 17,14-19

14 Al llegar donde estaba la gente, se le acercó un hombre, se puso de rodillas ante él y le dijo: 15 «Señor, ten compasión de mi hijo, que es epiléptico y está muy mal. Muchas veces cae en el fuego y otras muchas en el agua. 16 Lo he presentado a tus discípulos y no han podido curarlo». 17 Jesús respondió: «¡Gente incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo tendré que soportaros? Traédmelo». 18 Jesús lo increpó, el demonio salió del muchacho y en aquel momento quedó curado. 19 Entonces los discípulos se acercaron a Jesús y, a solas con él, le preguntaron: «¿Por qué nosotros no pudimos echarlo?».

viernes, 8 de agosto de 2008

Evangelio y lecturas, viernes 8 de Agosto

Tiempo Ordinario: (2ª Parte)

1ª Lectura

Nah 1,15

15 Entonces el fuego te consumirá, te exterminará la espada, te devorará como la langosta. Multiplícate como la langosta, multiplícate como el grillo.

Nah 2,2

2 El destructor avanza contra ti; ponte en guardia en la fortaleza, vigila el camino, cíñete los lomos, concentra todas tus fuerzas,

Nah 3,1-3

1 ¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de violencia y de robos continuos! 2 Escuchad: chasquidos de látigos, estrépito de ruedas, galopar de caballos, saltar de carros, 3 rumor de caballería que avanza, espadas que flamean, lanzas fulgurantes, multitud de heridos,
montones de muertos, cadáveres sin cuento en los que al andar se tropieza:

Nah 3,6-7

6 Arrojaré suciedad contra ti, te cubriré de infamia y te expondré a la pública vergüenza. 7 Todo el que te vea huirá de ti y dirá: Nínive ha sido destruida. ¿Quién tendrá piedad de ella? ¿Dónde podré buscarte algún consolador?

Salmo Responsorial

Dt 32,35-36

35 para el día de la venganza y el desquite, / para el tiempo en que sus pies tropezarán. / Está cerca el día de su ruina, / se precipita su destino. 36 El Señor saldrá en defensa de su pueblo, / tendrá misericordia de sus siervos, / cuando vea que se agotan sus fuerzas / y que no queda entre ellos ni esclavo ni libre.

Dt 32,39

39 Ved ahora que soy yo, / que soy el único, / y que no hay Dios alguno más que yo. / Soy yo el dueño de la muerte y de la vida. / Yo hiero y yo curo. No hay nadie que se libre de mi mano.

Dt 32,41

41 cuando afile mi espada fulgurante / y empiece a hacer justicia, / tomaré venganza de mis enemigos / y daré su merecido a los que me odian.

Evangelio

Mt 16,24-28

24 Luego dijo a sus discípulos: «El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. 25 Porque el que quiera salvar su vida la perderá, pero el que pierda su vida por mí la encontrará. 26 ¿Qué le vale al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué dará el hombre a cambio de su vida? 27 Porque el hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces dará a cada uno según sus obras. 28 Os aseguro que algunos de los presentes no morirán sin haber visto al hijo del hombre venir como rey».

miércoles, 6 de agosto de 2008

Evangelio y lecturas para Jueves 7 Agosto

Tiempo Ordinario: (2ª Parte)

1ª Lectura

Jer 31,31-34

31 Vienen días -dice el Señor- en que yo haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. 32 No como la alianza que hice con sus padres cuando los tomé de la mano y los saqué del país de Egipto, alianza que ellos violaron, por lo cual los rechacé -dice el Señor-. 33 Ésta es la alianza que haré con la casa de Israel después de aquellos días -dice el Señor-: pondré mi ley en su interior, la escribiré en su corazón, y seré su Dios y ellos serán mi pueblo. 34 No tendrán ya que instruirse mutuamente, diciéndose unos a otros: «¡Conoced al Señor!», pues todos me conocerán, desde el más pequeño al mayor -dice el Señor-, porque perdonaré su crimen y no me acordaré más de sus pecados.

Salmo Responsorial

Sal 51,12-13

12 Oh Dios, crea en mí un corazón puro, implanta en mis entrañas un espíritu nuevo; 13 no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu;

Sal 51,14-15

14 dame la alegría de tu salvación y que el espíritu generoso me mantenga firme. 15 Enseñaré tus caminos a los descarriados, los pecadores volverán a ti.

Sal 51,18-19

18 Tú no quieres ofrendas ni holocaustos; si te los ofreciera, no los aceptarías. 19 El sacrificio que Dios quiere es un espíritu contrito, un corazón contrito y humillado, tú, oh Dios, no lo desprecias.

Evangelio

Mt 16,13-23

13 Al llegar Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el hijo del hombre?». 14 Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o uno de los profetas». 15 Él les dijo: «Vosotros, ¿quién decís que soy yo?». 16 Simón tomó la palabra y dijo: «Tú eres el mesías, el hijo del Dios vivo». 17 Jesús le respondió: «Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque eso no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. 19 Te daré las llaves del reino de Dios; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». 20 Entonces ordenó a sus discípulos que no dijesen a nadie que él era el mesías.

PRIMER ANUNCIO DE LA PASIÓN

21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que él tenía que ir a Jerusalén y padecer mucho de parte de los ancianos del pueblo, de los sumos sacerdotes y de los maestros de la ley, ser matado y resucitar al tercer día. 22 Pedro se lo llevó aparte y se puso a reprenderle: «¡Dios te libre, Señor! ¡No te sucederá eso!». 23 Pero él, volviéndose, le dijo: «¡Apártate de mí, Satanás!, pues eres un obstáculo para mí, porque tus sentimientos no son los de Dios, sino los de los hombres».

martes, 5 de agosto de 2008

Evangelio y Lecturas 6 de Agosto de 2008

1ª Lectura
Jer 31,1-7
1 En aquel tiempo -dice el Señor- yo seré el Dios de todas las familias de Israel y ellos serán mi pueblo. 2 Esto dice el Señor: Ha hallado gracia en el desierto el pueblo escapado de la espada.
Israel se dirige a su descanso. 3 De lejos el Señor se le ha aparecido. Con amor eterno te he amado, por eso te trato con lealtad. 4 Te construiré de nuevo y serás reconstruida, oh virgen de Israel. De nuevo te adornarás con tus panderos y saldrás a danzar gozosamente. 5 De nuevo plantarás viñas en los montes de Samaría, plantarán los plantadores y cosecharán.
6 Sí, vendrá un día en que los centinelas gritarán en la montaña de Efraín: «¡Levantaos, subamos a Sión, hacia el Señor, nuestro Dios!». 7 Esto dice el Señor: ¡Gritad de gozo por Jacob, aclamad a la primera de las naciones! ¡Publicad, alabad, decid: El Señor ha librado a su pueblo, al resto de Israel!

Salmo Responsorial
Jer 31,10
10 Naciones, escuchad la palabra del Señor, y anunciadla en las islas lejanas; decid: «El que dispersó a Israel lo reúne, lo guarda como un pastor su rebaño».
Jer 31,11-12
11 Sí, el Señor ha reivindicado Jacob, lo ha librado de una mano más fuerte. 12 Y vendrán cantando de alegría a la altura de Sión, volverán a gozar de los bienes del Señor: el trigo, el vino y el aceite, las ovejas y los bueyes. Su alma será un huerto bien regado y no volverán ya a languidecer.

Jer 31,13
13 Entonces las jóvenes se alegrarán bailando, jóvenes y viejos vivirán felices; cambiaré su luto en alegría; los consolaré, los alegraré después de su dolor.

Evangelio
Mt 15,21-28
21 Jesús salió de allí y se fue a las regiones de Tiro y Sidón. 22 Y una mujer cananea salió de aquellos contornos y se puso a gritar: «¡Ten compasión de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está atormentada por un demonio». 23 Pero él no le respondió nada. Sus discípulos se acercaron y le dijeron: «Despídela, porque viene gritando detrás de nosotros». 24 Él respondió: «No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel». 25 Pero ella se acercó, se puso de rodillas ante él y le suplicó: «¡Señor, ayúdame!». 26 Él respondió: «No está bien quitarle el pan a los hijos para echárselo a los perros». 27 Ella dijo: «Cierto, Señor; pero también los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos». 28 Entonces Jesús le dijo: «¡Oh mujer, qué grande es tu fe! Que te suceda como quieres». Y desde aquel momento su hija quedó curada.

Evangelio y lecturas martes 05 de Agosto

Tiempo Ordinario: (2ª Parte)

1ª Lectura
Jer 30,1-2
1 Palabra que el Señor dirigió a Jeremías: 2 «Esto dice el Señor, Dios de Israel: Escribe en un libro todas las palabras que yo te he dicho.
Jer 30,12-15
12 Esto dice el Señor: Tu herida es incurable, insanable tu llaga. 13 Nadie se cuida de tu dolencia, no hay remedio que te pueda curar. 14 Todos tus amantes te han olvidado, ya no se interesan por ti. Sí, yo te he herido como hiere un enemigo, con castigo cruel, por tus innumerables crímenes, por tus pecados incontables. 15 ¿Por qué gritas por tu herida? Incurable es tu dolor. Por tu enorme iniquidad, por tus delitos incontables te he hecho esto.
Jer 30,18-22
18 Esto dice el Señor: Yo restableceré las tiendas de Jacob, tendré compasión de sus moradas. Será reedificada la ciudad sobre sus ruinas, y el palacio se elevará en su antiguo lugar. 19 Y allí resonarán los cantos de alabanza y los gritos de alegría. Los multiplicaré y ya no menguarán, los ensalzaré en lugar de humillarlos. 20 Serán sus hijos como antaño, su comunidad será estable ante mí, y castigaré a todos sus opresores. 21 De su seno saldrá su caudillo, de en medio de ella surgirá su soberano. Le dará audiencia, y se acercará a mí; pues ¿quién, si no, arriesgaría su vida para acercarse a mí? -dice el Señor-. 22 Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.

Salmo Responsorial
Sal 102,16-18
16 Las naciones respetarán el nombre del Señor y los reyes de la tierra tu gloria, 17 cuando el Señor reconstruya a Sión y aparezca en su gloria, 18 cuando atienda la oración del expoliado, y no rechace sus ruegos.
Sal 102,19-21
19 Que esto quede escrito para la edad futura, y los que luego nazcan alaben al Señor. 20 El Señor se asomó desde su excelso santuario, miró desde los cielos a la tierra, 21 para escuchar el gemido de los encarcelados y libertar a los condenados a muerte;
Sal 102,29
29 Los hijos de tus siervos tendrán una morada y su descendencia será estable ante ti.
Sal 102,22-23
22 para que se pregone en Sión el nombre del Señor y su alabanza en Jerusalén; 23 cuando se congreguen a una los pueblos y los reyes para dar culto al Señor.

Evangelio
Mt 15,1-2
1 Entonces se acercaron a Jesús unos fariseos y maestros de la ley de Jerusalén y le dijeron: 2 «¿Por qué tus discípulos quebrantan las tradiciones de los ancianos, pues no se lavan las manos al comer?».
Mt 15,10-14
10 Llamó a la gente y les dijo: «Oíd y entended: 11 No mancha al hombre lo que entra por la boca, sino lo que sale de la boca; eso es lo que mancha al hombre». 12 Entonces los discípulos se le acercaron y le dijeron: «¿Sabes que los fariseos, al oír tus palabras, se han escandalizado?». 13 Él respondió: «Toda planta que no ha plantado mi Padre celestial será arrancada de raíz. 14 Dejadlos. Son ciegos, guías de ciegos; y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo».

lunes, 4 de agosto de 2008

Evangelio y lecturas Lunes 04 Agosto

1ª Lectura

Jer 28,1-17

1 Aquel mismo año, al comienzo del reinado de Sedecías, rey de Judá, el quinto mes del año cuarto, el profeta Ananías, hijo de Azur, natural de Gabaón,me dijo en el templo del Señor delante de los sacerdotes y de todo el pueblo: 2 Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: «¡Yo he roto el yugo del rey de Babilonia! 3 Dentro de dos años haré devolver a este lugar todos los utensilios del templo del Señor, que Nabucodonosor, rey de Babilonia, se llevó de este lugar a Babilonia. 4 Haré también regresar a este lugar a Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, y a todos los cautivos de Judá que fueron a Babilonia -dice el Señor-. Sí, yo romperé el yugo del rey de Babilonia». 5 Entonces el profeta Jeremías respondió al profeta Ananías delante de los sacerdotes y de todo el pueblo presente en el templo del Señor. 6 El profeta Jeremías dijo: «¡Amén! ¡El Señor haga que se cumplan las palabras de tu profecía, devolviendo de Babilonia a este lugar todos los utensilios del templo del Señor y a todos los cautivos! 7 De todas formas, escucha bien la palabra que voy a pronunciar a tus oídos y delante de todo el

pueblo. 8 Los profetas que nos han precedido a ti y a mí ya desde antiguo predijeron a muchos países y a grandes reinos guerra, hambre y peste. 9 Un profeta que profetiza la paz será reconocido por verdadero profeta mandado por el Señor si se realiza todo lo que ha profetizado». 10 Entonces el profeta Ananías tomó el yugo del cuello de Jeremías, lo rompió 11 y dijo delante de todo el pueblo: «Esto dice el Señor: De la misma manera, dentro de dos años, romperé yo el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, quitándolo del cuello de todas las naciones». Y el profeta Jeremías se marchó. 12 Después que el profeta Ananías rompió el yugo del cuello del profeta Jeremías, el Señor dirigió su palabra a Jeremías: 13 «Vete a decir a Ananías: Esto dice el Señor:

Has roto el yugo de madera, pero lo tendrás que sustituir con un yugo de hierro. 14 Pues esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Un yugo de hierro pongo al cuello de todas estas naciones para someterlas a Nabucodonosor, rey de Babilonia; y estarán sometidas a él, así como las bestias del campo, que también le he entregado». 15 Y el profeta Jeremías dijo al profeta Ananías: «Escucha bien, Ananías: El Señor no te ha enviado, y tú has hecho que este pueblo crea en la mentira. 16 Por tanto, esto dice el Señor: Te voy a quitar de la faz de la tierra; este año vas a morir por haber predicado la rebelión contra el Señor». 17 Y aquel año, en el mes séptimo, murió el profeta Ananías.

Salmo Responsorial

Sal 119,29

29 Aleja de mí el camino de la mentira y dame la gracia de tu ley;

Sal 119,43

43 no quites de mi boca la palabra de verdad, pues yo confío en tus sentencias;

Sal 119,79

79 que vuelvan conmigo tus leales, los que conocen tus órdenes;

Sal 119,80

80 que yo cumpla perfectamente tus decretos para no tener que avergonzarme.

Sal 119,95

95 los malvados me acechan y buscan mi ruina, pero yo sigo atento a tus decretos;

Sal 119,102

102 no me he apartado nunca de tus decisiones, pues tú me has instruido;

Evangelio

Mt 14,22-36

22 Después obligó a los discípulos a que se embarcaran y se le adelantaran rumbo a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. 23 Y una vez que la despidió, subió al monte, a solas, para orar; al caer la tarde, estaba solo allí. 24 Mientras, la barca se hallaba ya en medio del lago, batida por las olas, porque el viento era contrario. 25 Hacia las tres de la madrugada se dirigió a ellos andando sobre el lago. 26 Los discípulos, al verlo caminar sobre el lago, se asustaron y decían: «¡Es un fantasma!», y se pusieron a gritar llenos de miedo. 27 Jesús les dijo: «Tranquilizaos. Soy yo, no tengáis miedo». 28 Pedro le respondió: «Señor, si eres tú, mándame ir a ti sobre las aguas». 29 Él dijo: «Ven». Pedro saltó de la barca y fue hacia Jesús andando sobre las aguas. 30 Pero, al ver la fuerza del viento, se asustó y, como empezaba a hundirse, gritó: «¡Sálvame, Señor!». 31 Jesús le tendió la mano, lo agarró y le dijo: «Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?». 32 Cuando subieron a la barca, el viento se calmó. 33 Y los que estaban en ella se postraron ante él, diciendo: «Verdaderamente tú eres el hijo de Dios». CURACIONES EN GENESARET 34 Acabada la travesía, tomaron tierra en Genesaret. 35 Las gentes del lugar lo reconocieron y propagaron la noticia por toda la comarca. Le trajeron todos los enfermos 36 y le suplicaban que les dejase tan sólo tocar la orla de su manto. Y todos los que lo tocaron se curaron.