domingo, 15 de mayo de 2011

Evangelio 16 de Mayo de 2011

  • Primera Lectura: Hechos 11, 1-18
    "También a los paganos les ha concedido Dios la conversión que lleva a la vida"

    En aquellos días, los apóstoles y los hermanos que vivían en Judea se enteraron de que también los paganos habían recibido la palabra de Dios. Y cuando Pedro fue a Jerusalén, los partidarios de la circuncisión le reprochaban:
    «Entraste en casa de incircuncisos y comiste con ellos».
    Entonces Pedro comenzó a darles una explicación punto por punto:
    «Yo estaba en Jafa orando, cuando caí en éxtasis y tuve una visión. Una especie de lienzo grande, colgado por las cuatro puntas, descendía desde el cielo, y vino hasta mí. Yo lo miraba con atención y vi que estaba lleno de animales: cuadrúpedos, bestias, reptiles y aves. Entonces oí una voz que me decía:
    “Pedro, levántate, mata y come”.
    Yo respondí:
    “De ninguna manera, Señor; jamás ha entrado en mi boca nada profano o impuro”.
    Pero la voz me habló por segunda vez desde el cielo y me dijo:
    “Lo que Dios ha hecho puro, no lo consideres tú impuro”.
    Esto se repitió tres veces, y después todo fue retirado de nuevo al cielo. En ese mismo momento, se presentaron en la casa donde estábamos tres hombres que habían enviado desde Cesarea para buscarme. Y el Espíritu me dijo que fuera con ellos sin dudar. Vinieron conmigo también estos seis hermanos, y entramos en la casa de aquel hombre. El nos contó cómo había visto un ángel que se presentó en su casa y le dijo:
    “Manda que vayan a Jafa en busca de Simón, llamado Pedro; sus palabras te traerán la salvación a ti y a todos los de tu casa”.
    Apenas había yo comenzado a hablar, cuando el Espíritu Santo descendió sobre ellos, como sucedió con nosotros al principio. Entonces recordé aquello que había dicho el Señor:
    “Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo”.
    Por tanto, si Dios les había dado a ellos el mismo don que a nosotros por creer en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para oponerme a Dios?
    Al oír esto, se calmaron y alabaron a Dios diciendo:
    “¡También a los paganos les ha concedido Dios la conversión que lleva a la vida!”».

  • Salmo Responsorial: 41
    "Tengo sed de Dios, del Dios vivo."

    Como busca el venado corrientes de agua, así, Dios mío, te busca todo mi ser. Tengo sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
    R. Tengo sed de Dios, del Dios vivo.

    Envíame tu luz y tu verdad, que ellas me guíen, y me lleven a tu santo monte, hasta tu morada.
    R. Tengo sed de Dios, del Dios vivo.

    Y me acercaré al altar de Dios, al Dios de mi alegría, y te daré gracias con el arpa, Dios, Dios mío.
    R. Tengo sed de Dios, del Dios vivo.

  • Evangelio: Juan 10,1-10
    ""En verdad, os digo, Yo soy la puerta de las ovejas"."

    "En verdad, en verdad, os digo, quien no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es un ladrón y un salteador.
    Más el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas.
    A éste le abre el portero, y las ovejas oyen su voz, y él llama por su nombre a las ovejas propias, y las saca fuera.
    Cuando ha hecho salir todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen porque conocen su voz.
    Mas al extraño no le seguirán, antes huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños".
    Tal es la parábola, que les dijo Jesús, pero ellos no comprendieron de qué les hablaba.
    Entonces Jesús prosiguió: "En verdad, en verdad, os digo, Yo soy la puerta de las ovejas.
    Todos cuantos han venido antes que Yo son ladrones y salteadores, mas las ovejas no los escucharon.
    Yo soy la puerta, si alguno entra por Mí, será salvo; podrá ir y venir y hallará pastos.
    El ladrón no viene sino para robar, para degollar, para destruir. Yo he venido para que tengan vida y vida sobreabundante

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