En su discurso en italiano el Santo Padre señaló que "como nunca ha dejado de hacer, también hoy la Iglesia sigue recomendando la práctica de la dirección espiritual, no solo a quienes desean seguir al Señor de cerca, sino a todo cristiano que quiere vivir con responsabilidad el propio Bautismo, es decir la vidanueva en Cristo".
El Santo Padre afirmó que "cada uno, y de modo particular quienes han acogido la llamada de Dios para seguirle más de cerca, tienen necesidad de ser acompañados personalmente por un guía seguro en la doctrina y experto en las cosas de Dios".
Este guía debe estar en la capacidad de "ayudar a protegerse de subjetivismos simples, poniendo a disposición la propia riqueza de conocimientos y experiencias vividas en el seguimiento de Jesús".
Refiriéndose a la espiritualidad carmelita de la Pontificia Facultad Teológica "Teresianum", el Papa subrayó "el vasto movimiento de renovación que se originó en la Iglesia fruto del testimonio de los santos Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. Suscitó el resurgimiento de ideales y de fervor de vida contemplativa que en el siglo XVI, inflamó, por decir así, Europa y el mundo entero".
Dirigiéndose a los estudiantes, el Santo Padre resaltó que "en la estela de este carisma se sitúa el trabajo de profundización antropológica y teológica, la tarea de penetrar en el misterio de Cristo, con la inteligencia del corazón, que es a la vez un conocer y un amar; esto exige que Jesús se sitúe en el centro de todo, de vuestros afectos y pensamientos, de vuestro tiempo de oración, de estudio y de acción, de toda vuestra vida".
"Tened en cuenta que estos años estudio son un precioso regalo de la Providencia divina, un don que debe ser acogido con fe y vivido diligentemente, como una oportunidad irrepetible para crecer en el conocimiento del misterio de Cristo".
Seguidamente el Papa recordó que "reviste gran importancia en el contexto actual el estudio profundo de la espiritualidad cristiana a partir de sus presupuestos antropológicos. La preparación específica que proporciona es sin duda importante porque capacita para la enseñanza de esta disciplina, pero es una gracia aún más grande por el bagaje sapiencial que trae consigo para la delicada tarea de la dirección espiritual".
El Papa pidió luego a los alumnos que aprovechen lo que han aprendido en estos años de estudio "para acompañar a los que la Providencia divina os confíe, ayudándoles a discernir los espíritus y a seguir las mociones del Espíritu Santo, con el objetivo de conducirlos a la plenitud de la gracia".
Comentando el hecho de encontrarse en Roma, Benedicto XVI animó a los estudiantes a "abrirse a la dimensión universal de la Iglesia, a "sentire cum Ecclesia", en profunda sintonía con el Sucesor de Pedro" y los exhortó a "vivir siempre una mayor y más apasionada capacidad de amar y servir a la Iglesia".
No hay comentarios:
Publicar un comentario